Los perfumes del vino

Las fosas nasales son el túnel del tiempo… Cada perfume es una emoción. Existen aromas de vinos que recuerdan fragancias y percibimos perfumes que evocan recuerdos.

El placer que provoca un perfume es parecido al que produce una buena metáfora, es como el que suscita la contemplación de una obra de arte. Frente a otros sentidos el olfato ha sido relegado por muchas corrientes filosóficas al mundo animal pero, en realidad, hay perfumes que marcan épocas y algunos permanecen en nuestras propias vidas.

Dos profesoras de Filología Francesa de la Universidad de Cádiz, María José Alba y María Luisa Mora, han desarrollado su investigación pragmática en torno al olfato como un instrumento para el conocimiento del mundo y han analizado la respuesta de la industria perfumera en la comunicación olfativa.

Sostienen las investigadoras que el olfato es un instrumento para la razón, un arma de análisis, de observación, de vida, un sentido intelectual que es signo de clarividencia, de discernimiento, de refinamiento.

En ese sentido los perfumes y su naturaleza etérea y narcisista necesitan de enunciados metafóricos que complementen las familias olfativas de los perfumistas. Con el vino también se necesitan los mismos recursos.

Las metáforas, los perfumes y los vinos necesitan comunicar atributos. No basta con hacer un buen vino. Saber transmitir la personalidad de sus valores es un ejercicio de inteligencia creativa y de dominio del lenguaje.

Son muchos los productos que utilizando los recursos del vino nacen como elementos innovadores. La famosa variedad de uva malbec ya produjo un perfume masculino hace años y la enocosmética también crece, he ahí la spin off de la UCA, Skin Wine, que lleva años produciendo su champú de vinagre de Jerez.

En el lado más sofisticado e intrigante de los perfumes nos encontramos el perfume Putain des Palaces (Puta de Palacio) de la casa francesa Etat Libre d´Orange que evoca a la dama que se viste para la seducción, a su ritual íntimo de mujer fatal capaz de ver a través de la frágil armadura de los hombres. Aromas aristocráticos y versallescos que recuerdan la ambigüedad, la seducción y la mentira como una conquista cultural.

Viñas del Vero, Bodega de la familia jerezana González Byass ha sacado al mercado el primer perfume femenino basado en los aromas de su vino blanco más emblemático: Gewürtraminer, Traminer para los amigos. Una fragancia original diseñada por el famoso perfumista escocés Jimmy Boyd y que ofrece, según la Bodega, notas de rosa, bergamota, muguet y musk pero que en el plano metafórico que antes exponíamos está destinado a mujeres pasionales, innovadoras y con personalidad.

Este arriesgado e interesante proyecto viene a demostrar que existe una innegable necesidad para la industria vitivinícola y que consiste en reinventarse. Por un lado aprovechando la oportunidad que representa el incorporar instrumentos de las humanidades y la cultura al hecho enológico y gastronómico, y por otra aumentar nuevos mercados ampliando su gama de productos.

Si nuestra memoria olfativa está llena de experiencias y personas, los perfumes nos evocan universos. Las fragancias son inmateriales, se evaporan, por ello son siempre contenidas en frascos, como los vinos en botellas. Se diseñan envases atractivos que también comunican a través de sus formas y colores. Hubo un tiempo en que con una gota de palo cortado se perfumaba el pañuelo de la indumentaria masculina para tratar de transmitir las esencias de ese gran y misterioso vino de pañuelo jerezano, retornamos a las costumbres... Ya en los años sesenta, Marilyn Monroe confesó que lo único que usaba para dormir eran unas gotas del célebre perfume Chanel Nº 5.

Los olores de los perfumes, los sabores de los vinos necesitan de las metáforas para su descripción, para evocar ficciones y universos en los que evadirse y para construir el personaje que queremos representar.

No hay vino sin poesía, ni literatura sin metáfora. Si prescindiéramos de las imágenes y los sonidos, nuestros recuerdos serían una sucesión de olores percibidos desde la infancia como describe el gran Philippe Claudel en su obra Aromas.