¡Con qué naturalidad llegan los reyes a San Fernando!… Se ponen el uniforme blanco de almirante de la Armada y sonríen, entregan despachos a oficiales o suboficiales, inauguran museos, caminan, saludan a todos. No olvidan que su antepasado decidió que en aquella Isla de León se estableciera lo más grueso de su Real Armada y aquí empezara todo. Como Fukuyama pero al revés. Lo hizo don Felipe el pasado viernes cuando conocimos que la primera unidad del tren tranvía de la bahía ya estaba en las "cocheras" de Chiclana. La foto del que todo lo para o activa, según el gobierno del pueblo que sea, no demasiado exultante, delante del morro del tren tranvía, nos informaba de ello. Con la dilación correspondiente, que todo es dilación. Nos vamos al 2017 con permiso de la autoridad de Adif y si el tiempo no lo impide. Mientras tanto, veremos quizás las pruebas, oiremos el timbre característico del trenvía. Y también las fotos, siempre las fotos, del que todo lo para, la alcaldesa, el duque de Windsor y otros vecinos curiosos y sorprendidos de que pueda ser verdad que llegará un año -ahora 2017- siempre a las cinco en punto de la tarde, con permiso de la Autoridad y si el tiempo no lo impide.

Es lo pendiente. Bueno, más que pendiente. Haría toda una hemeroteca de despropósitos. Y eso que todavía no conocemos las cuentas de lo ya gastado al lado de las cuentas de lo que fue presupuestado, qué difícil debe ser presupuestar en España cuando todo el mundo se equivoca, para más. Me refiero a la obra pública, no a la que uno hace en lo suyo, o sea, un trenvía, un ayuntamiento que se rehabilita, la capilla del Cristo de la Vera-Cruz, un museo Camarón y así. Pero, al parecer, como los que ahora son mañana no serán, del mismo modo que los que ayer fueron hoy no lo son, y esta cosa trabajosa de hacerle las cuentas al Gobierno desde la Oposición no es algo que suela hacerse así como de un modo automático (oponerse es, al parecer, salir a la calle con un teléfono móvil y poner en Facebook el resultado de lo fotografiado) pues los ciudadanos no nos enteramos de cuánto se dispuso para el trenvía y cuánto llevamos gastado hasta la fecha, a un año de la nueva dilación. Viene siendo esta la tónica, que ni saber a qué puerta debemos llamar sabemos, o si es lo pertinente. Pienso, haciendo abstracción de las personas, en la dilación del llamado Robo de la Caja Municipal. ¿Eso cómo va, dónde está, quién lo lleva, hay alguna información de cuándo puede haber alguna noticia? Y después dicen. Debe ser muy difícil el asunto, como obra de prodigio, plis plas y desaparece lo que desapareció, según dijeron cuando entonces, hace no sé cuántos años…

Vivir de lo pendiente, nuestro destino. Pero estamos a la puerta de la Feria. Suenan las sevillanas en las casetas. Los cañaíllas empiezan la primera. ¡Ole!