Ya pasaron los actos fundamentales de la conmemoración del Bicentenario de la Batalla de Chiclana. Ayer tuvo lugar, en la nueva Plaza Mayor junto a la iglesia que albergó a parte de las tropas napoleónicas, la jornada mas institucional con la jura de bandera de civiles y un homenaje a los caídos. Entiendo que se recordó y honró a todos aquellos ingleses, franceses, alemanes, portugueses, polacos y españoles que hace 200 años el 5 de marzo de 1811 perdieron la vida en una estéril batalla sobre suelo de Chiclana.

El primer centenario se debería haber celebrado en el 1911 pero tal vez por la desidia de los de entonces o porque en un principio se sumó a los actos desarrollados en Cádiz en 1912 no se realizó hasta 1914 y gracias al empuje del chiclanerísimo padre Salado. Además dejó muy pocos recuerdos para la posteridad: la placa alusiva a la batalla en la calle de la Vega; una conferencia dada en Chiclana por el general de Infantería de Marina D. José Cebrián Saura que no se llegó a editar hasta 1926; la maqueta de un monumento y una medalla conmemorativa. En esta ocasión sí que podrán ver y analizar otras generaciones futuras más documentos escritos y grabados y la implantación del nuevo busto del General Graham comienza a hacer justicia a la importante colaboración de las tropas inglesas. Los actos no se han quedado en pequeños foros y ha sido mas notable la participación ciudadana con la publicación de los cómics que se han editado con estos motivos y el coro carnavalesco de Antonio Alemania, que han conseguido llevar los sucesos de marzo de 1811 a una parte mas joven de la población que parece menos interesada por estos temas de "solo" importancia histórica.

Una vez que han pasado los actos se debiera intentar que lo acontecido entonces fuera asumido con normalidad por la ciudadanía y que no tengamos que esperar otros cien años para volver a relacionarnos con estos temas. No solo han sido importantes para los ingleses, sino que en realidad son unos hechos de importancia para nuestra historia mas próxima y no olvidemos la apetencia de conocer la cultura de nuestros pueblos que suelen tener los que nos visitan. Hoy en día que se buscan medidas complementarias al maltratado, pero hoy imprescindible, turismo de sol y playa, el turismo cultural adquiere gran importancia y fueron unos hechos que bien estudiados y comentados y expuestos a la sociedad con las ilimitadas posibilidades que nos dan los nuevos medios de comunicación pueden ayudar a dinamizar el sector turístico.

No hay que olvidar que de cara al futuro debemos enfocar el turismo como industria y que en encontrar negocios con nuevas posibilidades de empleo nos va una parte importante de nuestro porvenir. La industria complementaria a la hotelera debe ser la suma de muchas pequeñas y medianas empresas que tienen que desarrollar con imaginación cualquier posibilidad, no solo la deportiva y de ocio. La tradición de la vid y del vino, la gastronomía autóctona y todo el mundo cultural de nuestro entorno no solo nos pueden ser útiles para desarrollar nuestra inteligencia y preparación como personas sino que pueden generar riqueza y puestos de trabajo.

No obstante, a la hora de entender y de explicar algunos pasajes de esta historia reciente seguimos, a mi humilde entender, pecando un tanto de chauvinismo y de empedernido patrioterismo, parece que nos cuesta "dar al César lo que es del César". La controversia sobre el papel del General Lapeña y el General Graham en esta Batalla de Chiclana no se quiere ver como una anécdota ocurrida en una situación singular, sino como una cuestión de sentimientos y de honor. No debiera ser el debate una apuesta por Inglaterra o por España, sino una serie de conclusiones fruto de estudio objetivo y muy documentado realizado por especialistas que aportaran objetividad al tema sin tocar los sentimientos. Al fin y al cabo se trata de investigar un pequeño trocito de la ingente cantidad de historia escrita que ha aportado la Guerra de la Independencia o Guerra Peninsular.