La tribuna

jaime Martínez Montero

Sobre lo que pasa en Cataluña

SOSTIENEN los partidos secesionistas catalanes que cuando la causa lo requiere no queda más remedio que saltarse las leyes establecidas con el fin de acceder a una nueva legalidad más justa y que recoja mejor los anhelos del pueblo. No les faltan ejemplos que esgrimir: la lucha contra la esclavitud, el trabajo infantil, la segregación racial, los derechos de la mujer, la descolonización en África y Asia, etc. Su tesis es que si las legislaciones existentes entonces no se hubieran podido cambiar desde dentro y forzando, incluso con guerras, la abolición de las mismas, estaríamos en un estadio mucho más primitivo en el que muchos de los derechos de los seres humanos y de los pueblos no se respetarían. Por eso concluyen que el logro de sus ideales (la independencia de Cataluña) no se puede coartar por una Constitución rígida e inmovilista, que impide el cumplimiento de los mismos. Naturalmente, dicen, arribar a una nueva situación, más justa y democrática, cuesta mucho, entre otras cosas, derribar las leyes que se oponen a esa nueva situación.

Permítaseme inmiscuirme en terrenos metafísicos. Fue Aristóteles el que hizo la distinción entre materia y forma, y el que estableció el hecho de que se pudiera pensar en ambas cosas como conceptos diferentes, no ligados el uno al otro. Sin embargo, la realidad pone pegas a lo que la mente humana es capaz de establecer. Así, hay sustancias (líquidos y gases) que son capaces de adaptarse a muy diversos envases, y el mismo litro de agua se puede sacar de una botella y adoptar la nueva forma del recipiente que la recibe (por ejemplo, una jarra). Sin embargo, en el caso de la materia sólida consistente no se puede separar la materia de la forma, salvo que nos carguemos el objeto de que se trate.

El argumento empleado por los independentistas se apoya en el aire y en el agua. Pero el quebrantamiento de las leyes y el amparo a la subversión no están separados de la causa que los origina. Son cuerpos sólidos, en el que la forma está consustancialmente ligada a la naturaleza de la materia. Acabar con la esclavitud o la lucha por la igualdad de derechos entre hombre y mujer justifican la forma que adoptan. El procedimiento que se siguió para superarlos es válido para esas situaciones concretas, para esos asuntos determinados. No se podía separar materia y forma. Ahora bien, por muy mártires que se puedan sentir los secesionistas, su "materia" no tiene parangón con la esclavitud, la lacra del trabajo infantil, la independencia de pueblos sojuzgados o la segregación racial. Se pongan como se pongan.

Hay otro aspecto que quiero señalar. Es evidente que en Europa no hace ninguna gracia la posible separación de Cataluña, pero especialmente no la hace en países como Alemania, Austria, Bélgica, Suiza o incluso Rusia. Éstos son países federales, sin parvedad de materia. Se oponen frontalmente a tal tipo de separación sobre todo por el procedimiento, que sentaría un gravísimo precedente. Aceptar por parte de Europa, y especialmente por los países que acabo de mencionar, la independencia de Cataluña conseguida de la manera en que la tienen planteada es algo naturalmente imposible. ¿Por qué? Pues porque, de salir adelante, supondría consagrar que cualquier territorio federado o al menos con parlamento, puede, por su cuenta y desarrollando una legislación encapsulada en su órgano legislativo, llegar a la independencia respecto al país matriz, no ya contraviniendo la norma máxima que articula ese país, sino sin que el resto de los habitantes pueda decir nada.

Y es que, vamos a ver, si el Parlament elabora una ley por la cual se pone en marcha la independencia y con eso vale, ¿por qué no lo va a hacer Baviera, Voralberg, Flandes o el cantón de Ginebra? Y eso por ceñirnos a los países europeos. Hay que recordar que existen más en el mundo: Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Estados Unidos, México o Venezuela son también países federales. Aquí está la clave también del referéndum de Escocia: se va a celebrar porque así se ha acordado entre el Reino Unido y uno de sus reinos integrantes. ¿Alguien piensa que los escoceses hubieran hecho lo mismo que los catalanes en el caso de que el parlamento inglés no hubiera llegado al acuerdo de la consulta vinculante?

Una última cuestión. También afirman los independentistas que una forma definitiva de acabar con la corrupción es fundando un país nuevo. Por lo visto, crear fronteras es algo que modifica la naturaleza humana. Pero hay una cuestión clara: cuanto más pequeño sea el territorio, más difícil es luchar contra la corrupción. Supongamos una Cataluña independiente con un president como Pujol. Los funcionarios que dependen del que depende de Pujol, ¿se habrían atrevido a abrir alguna investigación sobre su Jefe de Estado? ¿Se la habrían autorizado? Y si se empeñaran en ella, ¿cuánto hubieran durado en el cargo?

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