TODAVÍA no ha terminado el Hércules-Cádiz y estamos atacados de los nervios. Este partido no acabará, como poco, antes del 1 de julio. Ha dado tiempo hasta de jugar la final de la Eurocopa. Después de fallar Abraham Paz el penalti, llega otra oportunidad. A ver si ganamos. Es el partido más largo del mundo.

Estoy impaciente por saber si nuestro equipo amarillo jugará en la División de Plata, por un gol de despacho, o se irá al pozo, según lo que hicieron sus jugadores. Sobre todo porque la planificación no será igual. Una plantilla de Segunda A, con los equipos que jugarán la próxima temporada, debe tener un nivel similar a la de un club de Primera modesto, tipo Almería o Recre, por ejemplo. Y una plantilla de Segunda B con garantías de ascenso debe tener un nivel semejante a la de un equipo de Segunda A como los que pelearon por los 50 puntos; o sea como la del Cádiz, pero corriendo más y jugando mejor. Recordemos que el equipo de Segunda B que ascendió tenía a Jose González en el banquillo, y entre los jugadores Armando, el propio Abraham Paz y Pavoni, que después fueron titulares en Segunda A y hasta en Primera. Quiero decir que con siete mantas y cuatro a los que no quiere nadie será difícil ascender si se pierde el partido en los despachos.

Hoy es 30 de junio, fecha de extinción de los contratos. De la actual plantilla servirían para Segunda B algunos de los que se ha hablado, como Raúl López, Bezares, Fleurquin y Enrique. Y sería bueno contar con Cristian y Paz. Otros, como Miguel García, al que Procopio puso de titular en el partido decisivo ante el Nástic, no sirven ni para Segunda B. Acuña debe volver. También creo que no se debe malvender a Chico al Barcelona, sino pedirle los seis millones de euros o que regrese, que hace mucha falta; y ya valdrá esa cantidad, o más, dentro de dos años. Por supuesto el tal Borja Rubiato, goleador en Segunda B, que juegue aquí, o que abonen su traspaso. A los demás, una puerta sin problemas, pero sin regalarlos. Y con los del Cádiz B cuidado, que ninguno ha demostrado nada.

Hay que buscar un entrenador de cierta solvencia. Entre los que han sonado, sólo Javi López parece presentable, siempre que fuera para Segunda B. Destacó en el Salamanca, pero fracasó en el Nastic de Tarragona con una plantilla semejante a la del Cádiz, que fue enderezada y salvada después por César Ferrando. A Benito le gustaban los entrenadores treintañeros y cuarentañeros, y sus aprendices siguen con el mismo esquema, después de varios errores al apostar por técnicos baratos que han costado muy caros. En la Eurocopa se ha visto que nunca se termina de aprender. Luis, a los 69 años, ha triunfado porque aprendió por fin que no debía hacer caso a ciertos periodistas de Madrid, que le impusieron a Raúl y Pernía para el Mundial. La selección con Raúl nunca ha llegado a una final, y sin él se consiguió a la primera. A lo mejor el chaval era gafe. Estas cosas se aprenden con el tiempo. Chaparro, que salvó al Betis y entrena en Primera, fracasó aquí en Segunda B con 14 años menos. Los mejores entrenadores de la historia del Cádiz han sido Espárrago, Balmanya y Milosevic. Ninguno de estos tres era como los de este año.