NARRA en este Diario Juan Manuel Marqués Perales, entre 'Mahous', que el cruce de mensajes de teléfono se convirtió el pasado sábado en la única forma de cribar lo inexistente de lo incierto aunque probable. Lo que ocurre en Ferraz se queda en Ferraz. Ilusos... La herencia de "Sálvame" queda personificada en los exaltados que andaban sueltos por allí. Pero yo, que soy más antiguo (si no, no escribiría desde Filipinas) rescato para el título de esta columna otra herencia aportada por el mismo canal de televisión. La pantalla catódica que luego fue cogiendo tipito y achicándose mostrando ayer a un sujeto con porte y hoy a un lider derrotado. Más antiguallas me permito soltar: "quod natura non dat...". Vulgo lo que la Naturaleza no da, Salamanca no lo presta. Pero hoy habría que cambiar el nombre de la hermosa capital castelllano y leonesa por "el 4K". Porque si esa misma tele ultra flaca no hubiera confirmado ese buen porte, el comentario no dejaría de ser la apreciación subjetiva de algún periodista en los pasillos del congreso. Al final, para nada.

Pero yo no he escrito para colarme en el espacio de Francisco Gallardo, sino para hablar del no. No, que es no pero yo sí lo desmenuzo. Ya vamos por los tres "noes" que dejan muchas caras, bonitas y feas, partidas. El personaje del año 2016 en la portada que la revista Time publicará en breve podría ser No pero no va a ser porque Ferraz street no tiene el mismo lustre que, pongamos por caso, Wall Street.

El primer no fue el de los británicos a la Unión Europea. El segundo, repetido una y otra y otra vez es el no a Mariano Rajoy y el tercero es el no de los colombianos a un acuerdo de paz vendido en el resto del mundo como lo mejor que ha pasado en América en muchas lunas con permiso de los Rolling y de su concierto en La Habana. Ahora habría que sumar como aportación provincial los "noes" del Gobierno a las EDUSIs de Cádiz y de Chiclana. ¿Y esperaban de un gobierno martirizado por el no es no la inclusión en estos fondos europeos sí o sí? Pues va a ser que no. Espero que en esas ciudades de allá no acabe siendo una pantalla.