El palomar gaditano

Cádiz es ahora como un Gran Palomar, ya que las palomas se han convertido en las reinas de la ciudad

Un amigo veraneante me ha preguntado: "¿Es Cádiz un zoológico?". El hombre está sorprendido por las noticias sobre la fauna local. Aquí se habla de perros y gatos con soltura,con más de 400.000 mascotas empadronadas. Hay colonias de gatos okupas incluso en los depósitos de la Tabacalera, donde se construirá un gran complejo cultural que será la envidia del mundo, así como la Ciudad de la Justicia (si no se vuelven a arrepentir). Allí cabe todo. ¿Por qué no un zoológico? Pues yo mismo se lo voy a responder: porque esta es una ciudad amistosa con los animales, y no podría permitirse un Zoo como el de Jerez, donde viven en cautividad. También es verdad que en Jerez nunca han considerado maltratados a los caballos que van al Rocío.

Pero mi amigo veraneante ha ido más allá, y se ha quedado asombrado: "¿Es Cádiz un palomar?". Yo lo entendí mal, y le dije que sí, que en Cádiz hay un Palomar, que se llama David, gran artista del flamenco. Pero no se refería a él, ni a otros que tienen apellidos de animales, como yo mismo, sino que Cádiz es ahora como un Gran Palomar, ya que las palomas se han convertido en las reinas de la ciudad.

Bueno, esto último sería discutible y controvertido; puesto que las palomas y los palomos encontrarían una eventual competencia. Se ha dicho que los peatones son los reyes de la ciudad, como lo demuestra que Martín Vila (que es republicano) está como loco por peatonalizar la plaza de España. Pero también es verdad que en esa plaza de España las palomas siempre han vivido como reinas. Y que se han cagado en quien les dio la gana, con perdón, sin pararse en melindres o protocolos. Ni siquiera han valorado si la víctima era diputado o diputada provincial, crucerista o simple transeúnte.

Las palomas se han enseñoreado también del estadio Ramón de Carranza; y vuelvo a decirlo, con perdón, se cagan en todo lo cagable, sin respetar si es el asiento de Manolo Vizcaíno en el palco, de un socio de Tribuna de los tiempos de Macarti, o de un amigo de las Brigadas Amarillas. En este último caso, supongo, que será por culpa de las palomas más fachas, que se niegan a irse fuera del estadio.

¿Y en las playas? ¿Por qué hay tantas palomas en la playa Victoria, infiltradas entre las gaviotas? Se están apoderando de todo. Cualquier día el alcalde González se encontrará una paloma zureando en su sillón. Cuidado con el susto....

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