La gastronomía se parece cada día más a la moda e igual que se pone de moda una forma de cuello de yersi o los pantalones con boquetes en las rodillas, en lo que es comé pues también se ponen de moda algunas preparaciones. Pasa con el sushi, con el vinagre al PX, con el atún, con las cervezas artesanales, que hay ya más que gente para beberla, y ahora está pasando con las palmeras. Las palmeras están de moda y hoy en día no hay una pastelería o cafetería que no te ofrezca siete u ocho tipos diferentes, algunas con un componente muy llamativo, el horterismo, pero la verdad es que la mayoría están para comerse medio bosque. Antes tú ibas a una pastelería, pedías una palmera y, como mucho te daban a escoger entre la de huevo y la de chocolate y listo. Pero ahora, preguntas en algunos sitios y el pastelero te saca una lista de 30 variedades y tamaños. Hay desde las palmeritas pequeñas, las herederas de aquellas que se hacían en Jerez en el siglo pasado y que se hicieron famosas en toda España, hasta palmeras que hace falta la cuadrilla de La Piedad para comérsela entera, dado su tamaño.

El pastelero Francis Mel, de la pastelería La Trufa de Puerto Real, uno de los que empezó este movimiento palmeril en la provincia de Cádiz te puede ofrecer en un fin de semana una veintena de variedades diferentes. El éxito de sus palmeras le ha llevado incluso a expandir su negocio en poco tiempo y ya cuenta con establecimientos en Puerto Real y también en Cádiz. Confiesa que cada fin de semana puede preparar más de 1500 palmeras. Confieso que tengo mis palmeras de culto…ahora hay que ponerse muy fino cuando se habla de comé. Muero con la palmera de hojaldre que hace Fermín Mesa en Las Trejas de Medina. Lo único que llevan es un poquito de azúcar por lo alto…y un hojaldre casi bendito. Hasta su forma es diferente. Mi otra debilidad palmeril está en La Barca de La Florida y es la de crema catalana que hacen los hermanos Mesa, en su confitería situada en el centro de esta población.

El mundo palmeril se ha revolucionado estos días con la aparición en las "pasarelas" de un nuevo invento, la palmera de torrija, como una especie de palmera de temporada, primaveral, creada por el pastelero afincado en Puerto Real David Fierro. La venden en La Nueva Gloria de la plaza de Candelaria y por no faltarle detalle lleva un penitente de negro riguroso adornando al apalmerado dulce. Para los amantes del barroquismo les diré que el penitente lleva hasta cirio de chocolate blanco…el mundo es una palmera.

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