Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

La paguita

La 'paguita' es el comprensible deseo de resolver la vida unido ala picaresca gaditana

La crisis del sector naval trajo consigo la proliferación de videoclubs en la ciudad que montaban los antiguos operarios con el llamado "premio patada", el dinero entregado por AESA para incentivar la marcha de operarios y aligerar las plantillas. De manera inmediata llegaron los sordos, aquella plaga de hipoacusia provocada, según decían, por el ruido que se producía en una factoría del transformado metálico, como por entonces decían los cursis. Los compañeros del metal iban poco a poco pasando a disfrutar de una ayuda estatal por invalidez. En 2007 se produjo el cierre de la factoría de Delphi en Puerto Real lo que también provocó otro aluvión de bajas definitivas a costa del Estado. Es lo que en Cádiz llaman 'la paguita', el dinero que paga el Estado después de que un tribunal médico determine el alcance de la incapacidad. El otro día decían en un congreso de graduados sociales que el alto índice de desempleo en la ciudad provocaba un aumento del número de incapacidades concedidas. El comprensible deseo de resolver la vida junto con la picaresca gaditana. Una vez pillaron a una funcionaria de la Diputación que había estado detrayendo dinero de lo que en aquella época se llamaba el PER. Al ser descubierta devolvió lo robado para ser exonerada de responsabilidad, no contenta con ello tramitó una invalidez por cleptomanía, que le fue concedida, lo que no impidió que su jefe tuviera importantes cargos en su partido y en la propia Diputación, quizás por su habilidad para escaquearse. Escribí hace 12 años sobre las paguitas durante las movilizaciones que realizaban a diario las mujeres de los trabajadores de Delphi: empleados del Gabinete de Prensa del Ayuntamiento y una concejala hoy elevada a mayores cargos repartieron entre los concentrados el artículo debidamente subrayado y con comentarios al margen, lo que provocó que fueran en manifestación a la sede de la Asociación de la Prensa que intentaron asaltar. El resto de la historia es conocida así que no la repetiré. No sé si hay en Cádiz más paguitas que en otro sitio, si la picaresca es mayor en la provincia que en cualquier otra. No voy a ponerme como Fernando Colomo a incidir sobre el tópico no vaya a ser que me encarguen una película y aparezcan un buen número de gaditanos que la aplaudan a rabiar. Alguien hará sin duda un informe donde nos esclarezca la veracidad del comentario, lo que no impedirá el deseo de conseguir la paguita, aunque luego el beneficiario procure no pagar impuestos.

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