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Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Los pactos de los independentistas

Sánchez ha prometido que con él en La Moncloa nunca habrá independencia para los que la quieren y esperemos que así sea

No es un suceso de rabiosa actualidad, porque ha sucedido hace algún tiempo. Algunos periódicos de ámbito nacional recogieron que el partido catalán ERC y el vasco EH Bildu firmaron un acuerdo para que, una vez celebradas las elecciones generales del 28 de abril, constituyeran en ambas cámaras, con los diputados y senadores obtenidos, un grupo parlamentario común. El acuerdo no está cerrado a los dos partidos antes mencionados, sino que invitan a otros, también independentistas, como el gallego del BNG. Descartaron presentarse a las elecciones juntos, por dificultades técnicas, pero firmaron un programa electoral común, que, aunque sea de mínimos a nadie se le oculta que su objetivo final es sumar fuerzas para que le sea reconocido a Cataluña, País Vasco y Galicia el derecho a la autodeterminación. Al parecer no se trata de una ocurrencia de ahora, sino que llevan tiempo trabajándolo para comparecer así en las elecciones europeas del 26 de mayo, donde la circunscripción es única, porque saben que compareciendo cada uno con sus siglas, obtendrían menos escaños. A ellos no se les oculta que la unión hace la fuerza, a diferencia de lo que ocurre en nuestras elecciones generales del 28 de abril en las que los grupos de centro derecha PP, Cs y Vox, ni siquiera se lo han planteado, sea por "no contaminarse", sea por pretender que los votos obtenidos por cada grupo deben decidir quién sea el presidente del Gobierno.

El propósito de ERC y Bildu es convertirse en el mayor grupo independentista de izquierdas, mejorando resultados anteriores (obtuvieron 11 diputados entre los dos grupos) para poder negociar en la próxima legislatura, con el PSOE de Pedro Sánchez. No ocultan en absoluto que su principal objetivo es la autodeterminación y su oposición a la recentralización y, por supuesto la vuelta de los presos a casa, tanto los de ETA, como lo de los líderes catalanes encarcelados.

Pedro Sánchez acaba de prometer que con él en La Moncloa nunca habrá independencia para los que la quieren y esperemos que así sea. Pero no podemos olvidar que ha solicitado y obtenido el apoyo de Bildu para la aprobación de los decretos preelectorales que aprobaba el Consejo de Ministros los viernes. Quizás estos pactos con los etarras es lo que ha justificado el exabrupto de Casado diciendo que Sánchez prefiere a los que tienen las manos manchadas de sangre y ya se sabe que a los líderes del centroderecha no se les consiente ninguna salida de tono. Se olvida, además, que el sujeto de la oración es Sánchez y no el PSOE.

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