Contando con que en alguna década se cumplan los proyectos anunciados esta semana por la Junta para Cádiz, dado los precedentes, habrá que concluir que la ciudad ha perdido unos años preciosos. El oro y el moro prometidos por Susana Díaz a José María González, precisamente ahora cuando a la presidenta le viene bien una dosis de la popularidad en la que basa su peculiar manera de hacer política, son proyectos que vienen de lejos y que históricamente contribuyeron a atascar una relación institucional en perjuicio de un Cádiz tan necesitado. Ahora también podríamos afirmar que la candidatura de Teófila Martínez a la Junta, en dos ocasiones, no ayudó en nada al futuro de la ciudad. Primero, porque la alcaldesa confundió el salón de Plenos con el Parlamento andaluz -ahí están sus intervenciones-, y luego porque Chaves creyó a pies juntillas que Cádiz era el lugar ideal para frenar al PP. Y ambos se confundieron.