Todas las semanas me lo propongo y sucumbo sin remedio. Siempre termino escribiendo de él, nuestro emperador absoluto. Que que es eso de ir vestidas de fantoches, dice. Que las mujeres tenermos que recuperar la femineidad (un concepto tan difuso como el olor de las nubes) y vestirnos como mujeres -y bueno, y otras cositas: también tenemos que asumir, al parecer, que siete tipos vestidos con chaqueta firmen leyes que digan qué hacer con nuestro cuerpo-. Qué nos cuesta un poco de glamú, contra. Numerosas cirujanas, bomberas, policías, por poner unos ejemplos, han manifestado que bueno, que en fin, que les costaría un poquillo lo del tacón de aguja. Y que su uniforme es tan suyo y "femenino", desde luego, como su ropa interior. Yo, al "vestir como una mujer" contrapongo el "pega como una chica": ese inspirador movimiento del que mi pequeña heredera, futura lanzadora de martillo, parece ser inspiración.