Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

la esquina

José Aguilar

El nuevo frente de Griñán

MIENTRAS el frente Junta-Gobierno se mantiene sin otra novedad que la incesante sucesión de episodios que lo alborotan y le impiden estabilizarse, vuelven las escaramuzas en el frente Junta-Generalitat después de un alto el fuego coyuntural que nunca ha llevado siquiera al armisticio, y no digamos a la improbable firma de la paz.

Era de cajón, por la experiencia de los años noventa entre Aznar y Chaves, que la imprevista continuidad de Griñán como presidente de Andalucía cohabitando con la estancia de Rajoy en el Gobierno de la nación iba a reproducir la política de confrontación. De ahí la negativa de Hacienda a respetar el Estatuto andaluz en materia de reparto de las inversiones públicas y los recursos de la Junta contra los decretos gubernamentales de recortes en sanidad y educación más el que se prepara sobre la liberalización del comercio, y lo que te rondaré, morena (quiero decir: se recurrirán desde Sevilla más medidas tomadas en Madrid).

Los historiadores dictaminarán en el futuro qué fue antes, el huevo o la gallina, o sea, si la hostilidad entre las dos administraciones, una del PP y la otra del PSOE, la inició un Gobierno ansioso de castigar la disidencia andaluza frente a su política global o, por el contrario, el pacto PSOE-IU de la nueva etapa abierta en la Junta tras las elecciones del 25-M llevaba ya escrita en su génesis la semilla del enfrentamiento con el Gobierno de España, a modo de buscada diferenciación entre dos modelos de afrontar la crisis.

Así las cosas, noticias procedentes de Cataluña han inducido a Griñán a reabrir las trincheras de la otra guerra pendiente. Las noticias hablan de una discreta reunión de dirigentes del partido gobernante (Convergència i Unió) y del principal partido de la oposición (Partit dels Socialistes de Catalunya) en la que se habría llegado a un acuerdo básico sobre la reivindicación favorita del nacionalismo catalán: el pacto fiscal entre Cataluña y el Estado para lograr un nuevo sistema de financiación que reduzca, en el tiempo y en las cantidades, la solidaridad de Cataluña con el resto de las comunidades autónomas. Vamos, que los gobernantes catalanes exigen un trato diferenciado con España, distinto al de las demás autonomías y equivalente, en la teoría o en la práctica, al privilegiado concierto de los vascos.

Este peligro está rondando al Estado de las autonomías tal como lo conocemos desde hace años. Lo novedoso es que el partido de los socialistas catalanes -hermano del PSOE, pero otro partido- vaya a acompañar a CiU en la aventura. Eso ha puesto en estado de alerta a Griñán. A diferencia del otro frente, en el que la identificación del enemigo es fácil, en éste el enemigo está en casa. En el PSC tiene mando Carme Chacón, la derrotada candidata de Griñán.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios