De nuevo la Semana Santa

En lo que yo sé, los cofrades están dispuestos a aceptarla privación por segundo año de su presencia en las calles

Por segundo año consecutivo, y por culpa de la pandemia, nos quedaremos sin procesiones en Semana Santa, aunque no sin Semana Santa, porque los días 1 y 2 de este mes de abril serán Jueves y Viernes Santos y el domingo 4, el de Resurrección, porque se trata de una fiesta movible, dependiente de cuándo sea la primera luna llena de primavera. El Papa Francisco fue el autor de la iniciativa para que la Semana Santa se celebrara todos los años en la misma fecha y propuso que el segundo domingo del mes de abril se celebrara la Resurrección. Sin embargo, la iniciativa no prosperó, aunque el Papa lo planteara con humor, diciendo que es un escándalo que los cristianos no puedan celebrar la Pascua de Resurrección el mismo día: "¿Cuándo resucitó tu Cristo de entre los muertos? El mío hoy; el tuyo, la semana que viene". Fueron las iglesias ortodoxas las que se opusieron, aunque el cambio parece muy conveniente, por razones de previsión.

Unos investigadores de la Politécnica de Madrid, según nos cuenta Pablo Durio en estas mismas páginas, plantean para este año 2021 que el Viernes Santo pase del día 2 de abril al 23 del mismo mes, con la consecuencia de que se retrasarían 21 días Domingo de Ramos, Jueves y Viernes Santo y Domingo de Resurrección. Su principal argumento es que, con este retraso, habría aumentado la población vacunada, lo que no parece un argumento muy sólido y además pone en cuestión el ritmo de la vacunación, en el que ya hay quejas por el distinto trato que se aprecia entre los que están en la Seguridad Social y los que, por ejemplo los funcionarios públicos, están en otro régimen.

Los cofrades, y los que gustan de las cofradías, en lo que yo sé, están dispuestos a aceptar la privación por segundo año de su presencia en las calles. Allí donde tienen gran tradición y aceptación se están conformando con los triduos, quinarios y septenarios y otros cultos estatutarios. Además, en algunos lugares hay exposiciones del rico y diverso material procesional y se supone que en las televisiones y radios, no faltaran retransmisiones de los cortejos procesionales de otros años. La única preocupación que me asalta es que, tratándose de cofradías sin gran número de hermanos y por tanto de poco patrimonio, esta ausencia en las calles ponga en peligro su pervivencia. Por eso, los hermanos que puedan, deberían pagar el control de salida, o papeleta de sitio como si la cofradía fuere a salir.

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