Apesar de que los políticos de Podemos deben su conocimiento y la difusión de sus ideas, en el electorado, gracias a lo generoso que han sido con ellos los medios de comunicación, principalmente dos cadenas nacionales de TV, el alcalde de Cádiz y la Secretaria general del partido en Andalucía, han declarado la guerra a la prensa local. ¿Imaginan ustedes que Teófila, Pepe Blas o concejales del PSOE hubieren osado acusar a los medios de falta de rigor en los informaciones que dan de sus actividades políticas y lo expliquen, además, porque ya no se les "engrasa", mediante el encargo de publicidad? Pues esto, es lo que ha ocurrido gracias a estos dos personajes de un partido que aparecen en la escena política para dar lecciones de todo, menos de eficacia porque a esto aún no se han atrevido. Con cobardía, además, intentan quedar bien con la profesión periodística -una vez que le han dicho que no hacen bien su trabajo, por razones espúreas-, diferenciando periodistas buenos y periodistas malos en razón de que los consideren afines, o por el contrario, desafectos a la causa y para remate añaden que lo hacen en defensa de la clase periodística, que está secuestrada y maniatada por el capital y la publicidad. 

Piden "rigor" en las informaciones e inician una campaña en las redes sociales para exigirla. Deben saber que lo que protege la Constitución es el derecho a comunicar información "veraz", que ha sido definida por los tribunales como la comprobada razonablemente, según los moldes profesionales, en asuntos de relevancia pública. Los mensajes en las redes sociales para demostrar, según ellos, de la falta de rigor de que adolecen las informaciones que les conciernen, causaría rubor a los dictadores, porque realizan un catálogo de las noticas aparecidas y que, en su opinión, son falsas. 

La Asociación de la Prensa de Cádiz rechaza la campaña, pero la defensa de la clase periodística, por su presidenta, me ha parecido tibia, porque en lugar de un rechazo total va a indicarle a los de Podemos los caminos que tienen a los que acudir, si están descontentos con los informadores. No es bastante con que espere que Podemos rectifique y abandone esta campaña. El desacuerdo y la condena tendrían que ser total. Como abogado, he defendido a muchos periodistas y medios de comunicación, con los que se pleiteaba por supuestos errores de la información suministrada. Y en casi todos los casos los tribunales dieron la razón al medio o al periodista. Porque el derecho a la información, es un derecho preferente, en su doble carácter de libertad individual y de garantía institucional de una opinión pública libre e indisolublemente unida al pluralismo político dentro de un Estado democrático siempre que la información sea veraz y esté referida a asuntos de relevancia pública.