La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La noche de la política ciega

La crisis despertó la momia podemita-populista que ahora hace un Joe Rigoli ("¡yo sigo!") con la moción de censura

Ayer un periódico nacional yuxtaponía dos titulares muy distintos en los que percibí una siniestra similitud: "Podemos está dispuesto a impulsar una nueva moción de censura si la del PSOE fracasa" y "Hallado en Valencia el cadáver momificado de una anciana". Todo mi respeto para la pobre señora que llevaba cuatro años muerta en su modestísimo piso de un barrio marginal sin que nadie la echara de menos. Pero poco para esta momia de tiempos felizmente pasados que es Podemos. Se presentó como algo nuevo surgido de la indignación del 15-M, pero en realidad representa algo viejísimo, centenario, que resurgía de la tumba de la historia gracias al rayo de la crisis. Los aficionados a estas cosas saben que las catástrofes naturales o provocadas por los hombres despiertan a las criaturas que duermen en las profundidades de la tierra o de los hielos, ya sean los monstruos de Los hijos del volcán, el marciano de La cosa o los monjes momias de La noche del terror ciego.

Los errores financieros, delitos especulativos, corrupciones globales institucionalizadas y ambiciones sin escrúpulos originaron la crisis que resucitó a la momia podemita, tan sobrada de ortodoxia (conformidad con los principios que se tienen por inamoviblemente ciertos) en unas cuestiones como falta de ortopraxis (actuar de acuerdo con dichos principios) en otras. Ya saben: del radical-populismo de "me parece más peligroso (…) este rollo de los políticos que viven en Somosaguas, que viven en chalés, que no saben lo que es coger el transporte público" o el "¿entregarías la política económica del país a quien se gasta 600.000 euros en un ático de lujo?" a la incoherencia absuelta por referéndum del famoso chalé. Y esto no es lo peor, aunque sí muy revelador.

No mucho más respeto me merece el actual PP, porque son muchos años y muchos casos como para que las siglas no resulten manchadas, y el PSOE de Sánchez. O acaso alguien es capaz de conciliar el absurdo de que Sánchez diga "me dirijo a los 350 diputados y diputadas para sacar entre todos a España del lodazal de corrupción" (¿también a los del PP, los independentistas y Bildu?) mientras García-Page y Susana Díaz niegan cualquier acuerdo con los independentistas. Lo más salvable es Ciudadanos, pero a ver si se queda quieto para que sepamos donde está. Mientras tanto leo: "la crisis fulmina 36.000 millones de euros en cinco días". ¡Qué tropa!

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