RESULTA tenebroso comprobar que lo que uno recuerda en filtro sepia es, de repente, moda furibunda. Si un hipster adopta tus recuerdos de infancia, date por muerto. ¿La manta de ganchillo de la abuela? Tendencia. ¿Naranjito? Rey de Malasaña. En ocasiones esta moda retro muerde fuerte y duele. Cuando escuchamos, por ejemplo, que la mujer sólo se realiza al ser madre (nos dice un señor) o que emigrar es bueno (nos dice... en fin). En medio de todo este delirio vintage, los espías rusos vuelven a comprar máquinas de escribir, por temor a las filtraciones. Cuánto amor me despierta este gesto. Mucho, mucho más -y ya es decir- que los modernetes barbuditos a lo Ulises 31. El espionaje de verdad era desvaído como en El topo, inaudito como en El caso Farewell. Y con un gato albino. Hay veces que vale la pena regresar a lo esencial. Pero si vuelven los dos rombos, que vuelva Casimirio. Coherencia.

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