La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

De los nervios a las amenazas

¿No suena a amenaza de asedios y algaradas lo de "para no tener que salir el lunes, salimos el domingo a votar"?

Las encuestas preocupan tanto al PP, porque le fuerzan a obtener unos resultados acordes con los pronósticos ("mañana de expectación, tarde de decepción", dicen los taurinos), como asustan al PSOE. Y el miedo es mal consejero. Tan malo que deja caer caretas para mostrar la realidad del casi irreconocible PSOE de Sánchez, que es también el del candidato Espadas, punto más bajo en el que el partido ha caído tras iniciarse con Zapatero su decadencia ética e ideológica que le ha llevado a necesitar las prótesis de Unidas Podemos, Bildu y ERC para alcanzar el Gobierno y mantenerse en él tras desangrarse de votos, pasando en las generales de 11.064.524 en 2008 a 7.003.511 en 2011, 5.545.315 en 2015 y 5.443.846 en 2016 para remontar algo en 2019 con 7.513.142 votos y volver a caer ese mismo año con 6.792.199, lo que supone una pérdida de 4.272.325 votos con respecto a 2008, empeorando los resultados que forzaron a Almunia a dimitir en 2000. En cuanto a Andalucía, en este mismo arco temporal ha pasado de 2.148.328 votos en 2008 a 1.110.889 en 2018, perdiendo la presidencia de la Junta tras 36 años.

Así las cosas, cumpliéndose lo de que "quien mucho amenaza, el miedo tiene en casa", Adriana Lastra reivindica el vergonzoso asedio al Parlamento de Andalucía el día de la investidura de Juanma Bonilla. Asedio, más que manifestación, porque ponía en duda la legitimidad democrática del PP y Cs para formar gobierno coreando "en igualdad ni un paso atrás", "no estamos exagerando, nos están asesinando", "fuera fascistas de nuestro Parlamento", "Bonilla escucha, estamos en la lucha", "Franco no ha muerto, está en el Parlamento" o "Sevilla será la tumba del fascismo". Lastra no solo reivindica aquella vergüenza, sino que amenaza con que se repita: "Hace cuatro años, cuando se supo el resultado electoral, hubo una convulsión en Andalucía. Yo recordaba ayer cómo me emocionaba ver a las mujeres por cientos salir a las calles de Andalucía a decirle a la derecha que no iban a permitir ni un paso atrás. ¿Sabéis lo que tenemos que hacer para que eso no vuelva a suceder? Votar en masa al Partido Socialista Obrero Español. ¡Eso, eso, para no tener que salir el lunes, salimos el domingo a votar!". Tres años después de aquella vergüenza, porque el tiempo desnuda la mentira, Bonilla es el líder mejor valorado por los andaluces, incluido el 15% de quienes en 2018 votaron al PSOE.

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