La tribuna

Rafael Rodríguez

Sin naturaleza, no hay turismo, ni riqueza ni vida

LA riqueza de Andalucía va mucho más allá de lo que los modelos económicos convencionales son capaces de cuantificar y monetarizar. Esa riqueza que se caracteriza por un vasto patrimonio natural único, heterogéneo e irrepetible, que se complementa con nuestro acervo cultural, histórico y etnográfico. Sin embargo, durante décadas, nuestro modelo de crecimiento ha ignorado el impacto y deterioro que la actividad económica y humana tiene sobre los ecosistemas, siendo especialmente intenso en las zonas costeras.

Los municipios litorales de Andalucía concentran a 3.017.829 personas, el 35,8% del total de la población andaluza. Esta población ha experimentado un incremento del 22,5% en el breve periodo comprendido entre 2001 y 2011. En el periodo 1956-2009, la superficie urbana en el litoral andaluz ha incrementado un 472%, siendo el porcentaje de ocupación de la franja costera de 0 a 500 metros del 29,6% de media en Andalucía (del 66,7% en el litoral malagueño). Un porcentaje aparentemente bajo, pero que resulta altísimo si comprendemos que en un tercio del total de esa primera línea de 500 metros en Andalucía no es factible edificar.

En este preciso momento, los andaluces y andaluzas tenemos la obligación, en una oportunidad única, de preservar y decidir el futuro de nuestro activo más preciado, el litoral andaluz. Desde el 30 de junio al 31 de octubre, el Plan de Protección del Corredor Litoral de Andalucía se somete a información pública y todos y todas podemos presentar alegaciones para enriquecer y construir el mejor Plan posible. Éste tiene como objetivo preservar del proceso urbanizador los terrenos que ponen en riesgo la sostenibilidad ambiental y territorial del litoral por sus valores ambientales, naturales, paisajísticos, culturales, agrícolas y forestales, vetando la construcción de 43.500 nuevas viviendas e incrementando en un 50% el terreno protegido en el espacio costero de Andalucía. Su aprobación propicia un desarrollo sostenible, ordenado y adecuado a la capacidad de acogida del territorio, actuando sobre la franja de los 500 primeros metros de la zona de influencia litoral, y tras el cual el 55% de la superficie de esa primera línea estará protegida.

Desde Izquierda Unida y desde la Consejería de Turismo y Comercio entendemos que este plan, aunque llegue 10 o 15 años tarde, es clave para garantizar la sostenibilidad futura de nuestro modelo económico y social, además de ser imprescindible para alcanzar los objetivos del sector turístico andaluz a medio y largo plazo. Ninguna estructura económica y social se puede sustentar en un entorno ambiental destruido y el litoral andaluz, con 945 kilómetros de costa, es un espacio estratégico para nuestra tierra debido a sus elevados valores ecológicos y a sus funciones económicas en sectores claves como la agricultura o el turismo. Por eso, si queremos ser, en el año 2020, el principal destino turístico del arco mediterráneo, estamos obligados a proteger y poner en valor aquella riqueza que hace de Andalucía un espacio único de valor incalculable.

Frente a la propuesta de la Ley de Costas impuesta por el Partido Popular desde el Gobierno central, el Plan de Protección del Corredor Litorial Andaluz supone un avance que frena la degradación del medio ambiente y previene la generación de nuevas burbujas urbanísticas. Hay que recordar que, según datos de 2011, en el litoral andaluz existen 224.178 viviendas vacías, 356.732 que son consideradas como segunda residencia, 76 campos de golf y 42 puertos deportivos. Por tanto, en contra de este plan sólo están aquellos especuladores que se quieren enriquecer rápida e individualmente, con un modelo urbanístico obsoleto y que ha deteriorado y perjudicado las condiciones ambientales, económicas y sociales de nuestra comunidad.

Ya dije desde que tomé posesión como consejero de Turismo y Comercio, que quien realmente se preocupe por el modelo turístico, productivo o social a largo plazo tiene que preocuparse indiscutiblemente por la calidad ambiental y paisajística de nuestra comunidad. Y esto es, en definitiva, de lo que se ocupa el Plan de Protección del Corredor Litoral de Andalucía.

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