Kichi y Juanma sintonizaron a primera vista. Saltaron tantas chispas de alegría entre el alcalde de Cádiz y el presidente andaluz en su encuentro institucional, que nadie se fía. Y eso que se dieron los teléfonos y que abordaron los proyectos pendientes de la Junta en Cádiz con la sonrisa de oreja a oreja, como si fuese pan comido. Por una vez, se hicieron los locos y ofrecieron una imagen institucional. Pero no conviene relajarse. El homo políticus actúa ajeno al buen juicio y no permite que la razón, la claridad y el interés general se interpongan en su afán por destruir al contrario porque los fantasmas y las conspiraciones no les dejan ver más allá. Con ello, cuando anuncian de sopetón tantos buenos propósitos, cuesta asimilarlo. Ellos no creen en las casualidades, y los ciudadanos, menos.

Entre reivindicaciones históricas, inmuebles en la ruina y planes novedosos, fijo que del dossier bajo el título Proyectos Pendientes de la Junta en Cádiz, lo que más llamó la atención de Moreno Bonilla fue el séptimo y último capítulo, ya que a la altura de la recuperación de la Escuela Náutica, del Teatro Romano y del Museo del Carnaval, el regidor gaditano le trasladó la petición de la Medalla de Oro para Antonio Martín. Va de suyo la distinción y que el alcalde se lo hubiese comentado en privado. Pero más allá de los méritos que reúne el carismático carnavalero, situar la cuestión al mismo nivel que, por ejemplo, la Memoria Histórica, suena a chufla. Moreno Bonilla se comprometió ante González a luchar contra el paro y a atraer inversiones para el sector turístico poniendo a la venta todos los solares de la Junta. No es un mal comienzo, y ahí están muertos de risa un sinfín de inmuebles que podrían impulsar distintas actividades, empezando por el Tiempo Libre, que están llamados a grandes proyectos ya conocidos. El presidente andaluz también abordó la futura Ciudad de la Justicia, el tranvía, la rehabilitación de viviendas y cuestiones urbanísticas y culturales casi olvidadas. Del nuevo hospital nada se dijo, aunque figuraba con letras de molde en el informe. Seguro que a los profesionales de la Sanidad y a los usuarios les urge más la dotación de recursos humanos y técnicos para aliviar las listas de espera con los especialistas, por ejemplo, que una inversión que muchos ven innecesaria, empezando por la Marea Blanca.

Terreno para abonar el futuro de la ciudad, por tanto, hay de sobra, así que lo mejor es que nadie se distraiga en promesas vanas y que desde las distintas administraciones se planteen planes viables antes de que los jaramagos alcancen los 15 metros de altura en tanto solar abandonado. Y mucho ojo porque ahora vendrán todos nuestros dirigentes con su pócima milagrosa bajo el brazo, ya que el Viernes de Dolores arranca la campaña de las generales y la lluvia de promesas no ha hecho más que empezar con la visita del presidente de la Junta. La Semana Santa será de auténtica pasión. Y con tanto incienso electoral, será difícil confiar en algo tan de cajón como que las instituciones se presten a colaborar por el bien común. Llevan tanto tiempo derrochando su energía en desacreditarse, que cuando tratan de dar la talla cuesta creerles. El mundo al revés.

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