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calle Real

Enrique Montiel /

Los muertos de La Isla

QUIENES dieron gloriosamente su vida por la Patria, quienes murieron gloriosamente por la Patria, los isleños que, digo, fueron convertidos en el municipal y escueto "Los muertos de la Isla". Nos lo ha recordado ayer Pérez-Sauci en su sección semanal de este Diario. Lo sabíamos, claro. Fue en la época de la mayoría absoluta del Partido Socialista Andaluz, en la mayoría absoluta de Antonio Moreno. Los nacionalistas andaluces de entonces (ahora es una "ordalía" tribal, como es sabido) "maquillaron" la historia de la ciudad a su beneficio y antojo. Digo que la bandera de España era "la estanquera" (andando los años fue a peor, se convirtió en "el trapo ese") y palabras como Patria, España, nación española y así, se suprimieron del vocabulario político de la ciudad. Asistí una vez a un discurso de De Bernardo, un discurso sobre 1810-1812, en donde orilló la palabra España por circunloquios y logomaquias varias. Lo escribí aquí, en estas páginas. Me envío algunas copias de sus discursos en los que decía España dos o tres veces (!) con muchas fatiguitas. Más hubiera sido un exceso.

Antonio Moreno, a quien por otra parte tengo en gran afecto, y muy sincero, para salvar (intuyo) el monumento al general Varela de la plaza del Rey, perdiendo la oportunidad de devolver ese espacio central de la ciudad, como tantas otras, por cierto, en modo diáfano, tal y como fue pensando por los urbanistas del XIX y quebrado en 1951, tras la muerte del Teniente General Alto Comisario de España en Marruecos, bilaureado y héroe de la Guerra Civil española, hizo la misma operación "cosmética", o todavía más arriesgada: quitó las referencias a los cuarteles que la rodean. Hay fotos de lo que se puso entonces y por lo que se erigió: Toledo 1936... y Marruecos, claro. O sea, están los bronces pero no están las palabras que lo refieren, con lo cual no sé lo que podría haber escrito Pérez-Sauci de este nuevo episodio de Il Gatopardo cañaílla de la época andalucista.

Sé que la II República se hartó de quitar y poner nombres de calles de La Isla y de España. Cuando Franco se hizo con el poder, la poda fue completa. No quedó vivo un nombre de la República. La Transición, la Democracia, preocupada por evitar enfrentamientos entre españoles, conocedora del percal, hizo un poco como Antonio Moreno, cosmética. Hasta que se ha sentido con la fuerza suficiente para la revisión histórica, la Memoria y la honra de las víctimas del franquismo. En esta turbamulta muchos hemos sido cuidadosos, respetuosos con los dolores y las memorias de unos y otros. Que yo sea partidario de una plaza del Rey sin la estatua ecuestre de Varela me ha costado algún pequeño disgusto e incomprensión. Antonio Moreno no quitó la estatua, ni ninguno de los alcaldes de la Democracia. Ni Loaiza lo hará, me temo. Todo se difiere, digo las decisiones sobre un horizonte sobre otras bases de nuestra convivencia civilizada, pacífica y democrática. Pero claro, denuncias como la realizada por Pérez-Sauci nos ponen la cara colorada. Hemos mirado para otro lado cuando se acometía la tropelía de la manipulación de la historia de esta ciudad. Los muertos gloriosamente por la Patria de la plaza de Font de Mora no son "los muertos de la Isla", que gracias a Dios murieron tranquilamente en sus camas, un poco como refiere el medieval poema de Jorge Manrique... Fueron los muertos que murieron gloriosamente por la Patria. O sea, por España. ¿Me explico?

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