Hace 40 años por estas fechas Fernando Quiñones tenía instalada la oficina de Alcances en el Café Andalucía de la calle Columela, el lugar de las tertulias de entonces hoy reconvertido en terraza para turistas.

Allí le hice al escritor chiclanero y director de la Muestra Cinematográfica del Atlántico una entrevista para la Hoja del Lunes, el periódico por donde pasábamos todos los jóvenes periodistas de la época.

Quiñones había sido compañero de pupitre de mi tío Enrique en San Felipe y frecuentó la casa de mi familia en la calle San José 49 durante años.

Siempre se mostraba atento y cariñoso conmigo, aquella vez lo fue de manera especial. Estuvimos un rato de charla y al final entresaqué de la conversación un titular que más o menos decía que Alcances consistía en una paella donde el cine era el arroz y los tropezones eran los recitales, exposiciones y conferencias. Recordaba aquello tras ver la manera en la que el Ayuntamiento clavaba la última puntilla en el ataúd de Alcances sin decir que era más o menos su acta de defunción. Tanta fanfarria para enterrar un proyecto que ha resistido 50 años contra viento y marea pero no ha sido capaz de subsistir a unos gobernantes indolentes o ignorantes (o las dos cosas). Alcances llevaba una existencia mortecina desde que a iniciativa de la Junta de Andalucía se especializó en cine documental. Pensaba el gobierno andaluz que era necesario especializar el festival aunque su apoyo iba de escaso a nulo según los años. Ahora Alcances deja toda relación con el Teatro Falla, donde nació, y con el centro de Cádiz para recluirse en ese edificio que llaman ECCO con el fin de esconder su jibarización, la reducción de presupuesto y la ausencia de público. Pero en Cádiz somos capaces de tragarnos todo sin mover una pestaña. Nos partimos la camisa por cualquier virgen, por una pintada en la pared o por no sé qué forma de llevar los pasos, pero dejamos que se muera un festival entre la indiferencia de todos y la incapacidad de los responsables. Dicen que hay un proyecto sobre la mesa para que Alcances dure todo el año y se convierta en la marca municipal para las actividades relacionadas con el audiovisual. Sería una manera como otra cualquiera de terminar con el festival que crease Quiñones hace 50 años y que fue capaz de sobrevivir a la censura y a la falta de recursos. En Cádiz lo único importante son las coplas, las procesiones y el equipo amarillo. El resto deben ser pamplinas. Así nos va.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios