La hache intercalada

PILAR / PAZ / PASAMAR

El monigote

SI el significado de este vocablo es el que se aplica o a quien se deja manejar por otro o al que sirve en las tareas eclesiales: 'monago', podríamos decir del famoso pequeño Nicolás que ha cumplido exactamente con el papel correspondiente al modo coloquial del término. Me atrevo a suponer que nunca sabremos del todo a quienes servía.

De las aclaraciones sobre ese pequeño y sonriente personaje que ha hecho correr tanta tinta como la lluvia actual por las acequias de la prensa, opino que sería mejor dejar en el misterio, como una estaca clavada en la memoria, su imagen desconcertante. Por naturaleza rechazamos lo indefinible y digerimos con dificultad los porqués de estos acontecimientos y sus protagonistas.

"Al pan, pan y al vino, vino" es el lema diario de tantos pragmáticos que buscan el nombre y el número exacto de los sucesos y las actitudes ajenas; éstos son los primeros en quedar perplejos al enterarse de que el asunto era tan sencillo como la labor de un caradura que, como cantan las letrillas de la jota aragonesa, vivía de hacer y ganarse favores 'a troche y moche'.

Al fin hemos presenciado a través del pequeño Nicolás el protagonismo de un muñeco con zanahoria por nariz y contextura tan efímera como la nieve. Tras el escenario de unas nevadas impresionantes, el monigote volverá a ser lo que es y no lo que fingió a base de sueños: agua y sólo agua.

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