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José Antonio / Hidalgo

Un modelo, o más, para Cádiz

El partido que asuma el gobierno tras las elecciones del 22 de mayo gestionará una ciudad metida de lleno en profundos cambios que deben ir más allá de los urbanísticos

El 23 de mayo, el partido que haya ganado las elecciones en Cádiz capital va a tener por delante cuatro años que bien pueden considerarse esenciales para el futuro de la propia ciudad. Más allá del normal desarrollo del programa electoral, el próximo gobierno va a asumir la puesta en marcha y la gestión de proyectos capitales (mucho aún en gestación) para configurar un nuevo modelo de ciudad, a la vez que tendrá la misión de mantener encendida la llama del Bicentenario y todo su significado, más allá del 2012.

En los últimos años Cádiz ha ido dando sus últimos coletazos como ciudad industrial y ha avanzado en su apuesta por el turismo, la cultura y el comercio, en un intento por recuperar el pasado esplendor en parte de estos campos. Sin embargo, no se han realizado actuaciones globales ni tampoco las administraciones públicas han trabajado con un modelo único, tirando cada una de ella de un lado. E incluso no se ha implicado a los ciudadanos, aspecto éste fundamental. El Plan Cádiz 2000, elaborado en la década de los noventa del pasado siglo, ha sido el único intento por pintar una ciudad en común. Sin embargo, todo quedó en una serie de ideas muchas de ellas olvidadas desde un principio.

Ahora se presenta la oportunidad, tal vez la última, para diseñar una ciudad competitiva, con un futuro claro, asumiendo sus virtudes pero también sus numerosos defectos e intentando corregirlos, una ciudad que ejerza como capital que es pero, a la vez, como ciudad hospitalaria y abierta que se supone debería de ser. Una ciudad que se planifique pensando en el largo plazo y no en el ayer.

A falta de un consenso generalizado, es cierto que cada vecino puede tener su propio modelo de ciudad. Diario de Cádiz ha sondeado a las principales fuerzas políticas y, también, a vecinos pertenecientes a diferentes colectivos ciudadanos. No es, por ello, un estudio pormenorizado.

José Manuel Hesle es uno de los más veteranos representantes del mundo vecinal. Tiene una visión muy clara, y extensa, de por donde debe ir Cádiz.

"Cádiz no debe ser una isla respecto a la Bahía porque cualquier colectivo que se aísla se empobrece. Tiene cosas que ofrecer pero, también, necesita otras". Para Hesle ésta es una prioridad dentro de su diseño urbano, que cuenta con el mar y la universidad como dos pilares esenciales.

"Hay que aprovechar la potencialidad del mar para crear economía y empleo apostando por los deportes náuticos, zonas de ocio y equipamientos relacionados con la navegación, a la vez que sería necesario crear un recinto ferial donde desarrollar un evento anual relacionado con el sector". Y respecto a la Universidad, Hesle tiene claro que ésta "no puede estar al margen de la sociedad", por lo que plantea la creación de un extenso tejido de equipamientos pues considera que tiene un gran potencial económico. Cita en este sentido como la ciudad no aprovecha la presencia cada año de centenares de jóvenes que participan en los programas Erasmus.

Directamente relacionado con la Universidad se encuentra la potenciación de la Cultura. "Hay que sacar la cultura a la calle, aprovechando, por ejemplo, las plazas como espacios escénicos de todo tipo", considerando también que esta 'ciudad ilustrada' debe ir acompañada por una oferta adecuada de hostelería, comercio y ocio "con espacios polivalentes para todas las edades", mencionando lo mal aprovechada que está la zona de ocio en La Punta.

Junto a ello, en el modelo de ciudad por el que apuesta este representante vecinal se encuentra un desarrollo armónico "y bien planificado" de la Zona Franca y una implicación de los movimientos asociativos que contribuyan a hacer de Cádiz "una población dinámica y participativa".

Diego Sales, actual rector de la Universidad de Cádiz, también coincide en la necesidad de la cultura y la educación. "Hay que ir hacia el concepto de ciudad del conocimiento o ciudad inteligente, aprovechando el carácter histórico y multicultural de Cádiz que permita poner en valor sus tres mil años de historia".

Una apuesta por la industria cultural que no impida conservar los oficios ya tradicionales con una visión de futuro, como la ingeniería naval, todo ello inmersos en un medio natural sostenible "que obliga a una implicación clara de los ciudadanos". Pone como ejemplos la profunda transformación que en pocos años han experimentado ciudades como Bilbao, con un potencial cultural desarrollado allí donde había industrias, o Gante, con una intensa vida universitaria.

Dibuja Sales una ciudad con una clara apuesta de la iniciativa privada, una ciudad que defienda y promueva "los nuevos talentos" y donde sobresalga la formación de los vecinos.

El sector del comercio ha sido siempre uno de los pilares económicos de la ciudad, y sobre el mismo se basa buena parte del modelo que para Cádiz defiende Juan Tovar, presidente de Cádiz Centro Comercial Abierto. "Asumiendo que la ciudad no cuenta con suelo industrial, debe hacer depender su desarrollo en los servicios, el comercio y el turismo, lo que obliga a mejorar su promoción exterior y conseguir una accesos rápidos y facilidad de estacionamiento". Reclama una nueva edición del Plan Hotelero y un apoyo de la administración a los nuevos emprendedores. Y como Sales y Hesle, coincide en la necesidad de redescubrir el mar.

De la misma forma, pide Julio Pardo, autor carnavalesco, que la ciudad "mire al mar desde todas las perspectivas: el desarrollo del muelle, la potenciación del astilleros, o su apuesta turística". En todo caso, se muestra pesimista hasta el punto que reconoce que su petición es "utópica pues es fundamental que todos nos pongamos de acuerdo y que estos proyectos no choquen con enfrentamientos políticos, que los paralizan o ralentizan y acaban por hacerlos inviables. Debemos tener en cuenta que en Cádiz como no nos ayudemos, nadie nos va a ayudar". Y lanza una apostilla: hace falta más ocio nocturno, más vida por la noche para una ciudad que quiere también atraer al turismo.

Jesús Maeso, escritor, tiene claro que "Cádiz es una ciudad que, en contra de lo que pasa con otras, está hecha en la medida de los habitantes al ser muy asequible y manejable. Aquí, como en la Real Academia, lo que hay que hacer es fijar, limpiar y dar esplendor a lo que ya tenemos y no meternos en más historia, sobre todo cuando tenemos una ciudad neoclásica muy bien conservada".

En este sentido, propone que se cuiden las plazas "con más esmero" y se potencie la peatonalización del casco histórico. "En Cádiz no hay distancias y ello ayudaría también a reforzar la ciudad comercial".

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