LOS mitómanos somos tachados de frikis. A veces con cariño, a veces en tono despectivo, sobre todo por los que no entienden que uno admire, encumbre o mitifique a personas que han sido o son importantes en su vida. Bueno, no importantes como un familiar o un buen amigo (no es plan de frivolizar en demasía), pero sí lo suficientemente capaces de hacerle disfrutar en algún momento de su trayectoria vital. Sí, soy mitómano con quienes me han hecho gozar mil veces con una canción, un disco, una película, una soberbia interpretación detrás de la pantalla, un gol, un pase al hueco, un regate, un título de Liga, un ascenso, un libro, una serie de televisión, un tango, un pasodoble... Doy las gracias a todos los creadores de tanto arte por protagonizar un buen porcentaje de los numerosos momentos de felicidad que me llevaré a la tumba.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios