Línea de fondo

melchor / mateo

Los mismos temores de siempre

CON media España de la que tiene la fortuna de trabajar de vacaciones, la Liga echa a andar con las mismas ilusiones de siempre y, por qué no, con los mismos temores. Harto de las dos España del balón, los no alineados con la mayoría siempre esperamos el milagro de que el binomio insultante que se ha dado en los últimos años se pueda romper por la aparición de un tercero. Hay que tener mucha fe para creer en los milagros.

Cuando un club está dispuesto a pagar 100 millones de euros sin pestañear por un futbolista en la misma temporada que se gasta casi 40 por otro y cuando desde la clase media-alta a la baja se tienen que desprender de todos sus activos porque son incapaces de retenerlos (Soldado, Falcao, Navas y Negredo, Illarramendi entre otros), es imposible creer en los milagros.

Si la brecha que se había abierto entre los dos ricos oligarcas de la sociedad futbolística española era ya inmensa, esas ventas que debilitan aún más a los equipos de la clase media, que ven ya que hay una distancia sideral con los dos primeros.

Las dos españas mayoritarias se comen al resto en el reparto del dinero de las televisiones, en el número de aficionados y en los minutos en las televisiones. Estos son los tiempos que nos ha tocado vivir.

Pero cuando a través de los triunfos esa mayoría con poca voz consigue el altavoz de algún título fugaz de temporada en temporada sabe mucho mejor porque cuando uno no tiene jamón serrano en la mesa todos los días lo disfruta mucho más.

Los que defienden el actual sistema de reparto de derechos televisivos dicen que son los dos clubes que despiertan más interés. Quizás lo que deberían hacer los otros 18 equipos es salir a jugar con los juveniles o con el filial contra ellos, recibir una soberana paliza y que se jueguen el título de Liga a doble partido. Veremos si el interés es el mismo.

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