Ahora resulta que los tres mil años que lleva Cádiz en los libros de historia no han servido para que tengamos el tan necesario "edificio emblemático", sin cuya presencia parece que ninguna ciudad que se precie pintará nada en los próximos tres mil. Una de las tonterías modernas más extendidas es la del dichoso "edificio emblemático". El Guggenheim, hermoso inmueble porque así lo ha decidido el márquetin y nosotros los medios, ha tenido también efectos perversos. Da igual que por aquí hayan pasado fenicios, griegos, romanos, árabes, genoveses, ingleses y americanos de todas las razas. Si no tienes una torre abombada o helicoidal y ésta no lleva la carísima firma de Calatrava o Foster (por cierto, hay muchos más buenos arquitectos), entonces es que eres un poblachón, aunque aquí viviera Hércules y tuviera el detalle de realizar uno de sus esforzados doce trabajos. Catetos, al fin.