ES sin duda el día de Reyes el mejor de la Navidad. O por lo menos a mí me lo parece. Los contenedores de basuras llenos de cajas y bolsas de regalos. Las cuentas corrientes, aunque parezca mentira, se ponen coloradas. Este año la cuesta de enero va a ser peor que el Angliru.

Antes los niños por la mañana bajaban con sus nuevas bicis y monopatines, ahora configuran la nueva vídeo consola. Supongo que nada es como era, o por lo menos como yo lo recordaba.

Al Madrid le han traído un robot Huntellar pero creo que o está estropeado o le faltan pilas.

El Barcelona que se está portando muy bien pidió una Champion.

A Nadal que lo dejen como está.

Fernando Alonso quería un coche nuevo, si era posible rojo y de marca italiana, aunque me parece que no te lo han traído este año.

En la NBA a José Antonio Calderón le han traído una muñeca mágica para seguir metiendo tiros libres. A Pau Gasol el anillo que todo lo controla y que el año pasado le arrebató los Boston Celtics.

Para los jugadores del Portuense yo he pedido una solución y que se dejen de especular con los terrenos del José del Cuvillo. Para el San Fernando por lo menos la salvación. Y para la Balona un milagro.

Los cadistas han pedido el ascenso sin sufrimiento, pero pedirlo es poco realista y no creo que Baltasar nos haga caso.

Con lo últimos partidos ya tenemos el cangelo en el cuerpo y a Melchor le pedimos que ganemos como antes aunque sea en el último minuto, y que no nos amargue la tarde del domingo el Guadalajara.

Y a Gaspar le pedí que me hiciera algún truco, pero me dijo que el no era ni mago ni rey.

La verdad es que el único mago que yo he conocido jugaba con el once y se apellidaba González.