V OLVIÓ el Cádiz a demostrar en Murcia que es un equipo a lo Curro Romero: capaz de lo peor y lo mejor. Ganó cuando menos se esperaba y eso ha supuesto que Claudio Barragán siga en el banquillo. El técnico ha cogido aire tras un partido que, de haber perdido, le hubiera costado el puesto casi con toda seguridad. Dice ahora Claudio que los jugadores están con más confianza y que al final "el equipo estará donde debe estar". Por desgracia creo que eso nos va a quedar lejos. El equipo donde debería estar ahora mismo es luchando por el primer puesto, que a ocho puntos se ve lejano. Pero bueno, mientras hay vida hay esperanza. Yo particularmente no tengo nada contra Claudio Barragán, ni contra ningún otro entrenador. Lo tengo contra sus resultados, lo que significa que cualquier entrenador que consiga el objetivo es el ideal para el Cádiz. Ahora será el momento de ver si de verdad lo sucedido ante el Murcia va a suponer un punto de inflexión, tras el golpe en la mesa, o todo se va a quedar en los mismos cantos de sirena que hemos venido escuchando hasta ahora. El mes de marzo va a dictar sentencia. El Cádiz se va a enfrentar en este mes a Melilla (18º), San Roque (16º), Linares (17º) y Betis B (20º), equipos que en el mejor de los casos han ganado 5 partidos y en el peor 4. Es decir, que si el Cádiz no es capaz de sacar tajada de este mes es que, sencillamente, no merecerá nada más que lo que el destino le depare. No se trata de menospreciar a nadie, pero un mes así no se lo van a encontrar muchos. Esperar que pinche el Murcia puede ser complicado, pero no imposible. Y sobre la maldición que dice que ningún tercero o cuarto clasificado ascendió, no creo mucho en brujerías y sí en el trabajo. Para mí, todo lo que no sea quedar primero supone jugar tres eliminatorias. El año pasado quedamos primero, y nos tocó al Oviedo, luego el Hércules y luego el Bilbao Athletic. Si llega a haber alguna eliminatoria más nos hubiera tocado el Bayern de Munich o el Manchester United, porque a perro flaco todo son pulgas. Así que comprenderán que me dé igual ser segundo, tercero o cuarto si no somos primeros. Sobre todo porque (por lo visto hasta ahora) el Cádiz no me ha dado impresión de ser capaz de pasar tres eliminatorias. Dios quiera que me equivoque, pero esa es mi sensación.

Por tanto lo que queda es seguir trabajando, poner más regularidad en puntuación y juego y aspirar a mejorar una imagen que nos permita soñar. La semana pasada titulé esta columna como "La vida en juego", y no crean que fue cosa de un solo partido. El Cádiz se juega la vida. Los líos institucionales van a acabar reventando esto como no haya un ascenso de por medio y se generen ingresos que son imposibles en Segunda B y con este plan. Y claro que hay que apretar y exigir. Sobre todo a esos que se irán cuando la cosa pinte fea y nos quedemos los de siempre. Este mes hay que sacar 12 puntos. No nos vale otra cosa. Porque yo sigo sin conformarme con el segundo puesto. Me da miedo lo demás.