Puede parecer que el mes que se estrena hoy será, para muchos, el mes de la marmota, el mes del relax absoluto, el mes del dejarse llevar por el no hacer nada, el mes de la rutina, del todos los días son iguales y el del aburrimiento que se escapa por todos los poros de la piel... Pero no, el mes de la marmota, el de la rutina supina, el de los horarios inflexibles, el del cansancio extremo ha sido el que acabó ayer. Ese mes intenso, el mes de la multiplicación de las labores, el mes de los agobios y las responsabilidades, el mes del casi nunca acabar, el mes del reloj permanente... El mes en el que ves a la gente por la calle con su sonrisa vacacional, la gente que no conoces de nada y camina hacia la playa dirigiendo al resto de los mortales su mirada de superioridad. Ahora llega el momento de invertir la historia, de hacer de la marmota una virtud y del mes que llega el mejor para encontrarse con la vida.

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