La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Los memes salvan el debate

El perrito, la "mamada"… Sólo el 'smartphone' o el ordenador permitieron seguir el debate sin dormirse

Aburrido. No encuentro otra palabra para definir el debate. Previsible, falto de brillo oratorio y de ideas políticas. Como si fueran actores de carácter repitiendo un papel mil veces interpretado. Roles tan minuciosamente escritos por los asesores que apenas emergió la personalidad de los líderes. ¿Éstos son los verdaderos Sánchez, Casado, Rivera, Iglesias y Abascal o son los intérpretes de un guión escrito a golpe de encuesta? Más bien lo segundo. Sólo algún cabreo o algún error permitieron que se entrevieran sus personalidades tras la estudiada moderación, incluso de la extrema izquierda y la extrema derecha, que mal disimulaba los apetitos por comerse el ancho espacio de centro.

A los razonables y moderados (al menos en el tono, aunque también en los argumentos bizcochados) Iglesias y Abascal a veces se les veían las orejitas de lobos bajo las pieles de cordero. Pero no eran los únicos que interpretaban un papel. Casado recitó el del líder moderado de centroderecha, visto lo mal que le salió su interpretación del líder de derechas queriendo seducir a los votantes de Vox. Sánchez intentó por todos los medios que no aflorara el vacío que le habita: no miraba a quienes se dirigían a él, inclinaba la cabeza haciendo que miraba un papelito o tomaba notas mientras movía las cejas o ladeaba la boca para expresar su moderada desolación ante los argumentos de sus contrincantes; un papel que todos hemos interpretado en el colegio cuando no nos sabíamos la lección e hincábamos los ojos en el pupitre para eludir la mirada y la pregunta del profesor. Rivera fue en este sentido el más sincero: escenificó las tonterías, exhibición de falso adoquín incluida, que le están hundiendo. Las redes lo ridiculizaron en directo presentándolo como Doraemon o amenazando con darle un adoquinazo al perrito si no le votaban.

Hay cierta unanimidad en que perdió Rivera. Quien ganó está menos claro. Para los lectores de la mayoría de las ediciones digitales (casos de Abc,El País,El Mundo, La Razón o La Vanguardia), ganó Abascal; para los expertos convocados por El País ganó Sánchez. En cuanto a las redes, los momentos estelares fueron la "mamada" y el adoquín; y el triunfador, Abascal. No sé si estos datos son fiables de cara a las elecciones, pero las redes salvaron la noche del aburrimiento. Sólo smartphone u ordenador en mano se pudo seguir el debate sin sucumbir al sueño.

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