Disculpe un momento. Permítame informarle de que estamos registrando la matrícula de su vehículo, ahora que pasa por aquí, bajo todo nuestro amparo legal. No se asuste; es por si usted comete alguna infracción, que podamos multarle luego. Nada más. No tiene sentido que dejemos sin sanción lo que podemos sancionar, y cobrar en beneficio de la comunidad. Entiéndame usted. Puede sonarle a violación de la intimidad y otras cosas constitucionales, pero no creo que sea usted de ésos que piensan todo el tiempo en buscar trabas y problemas legales. La seguridad es lo primero, ¿verdad? Luego está todo lo demás.

Quizá, la demagogia nos incline a querer utilizar este modernísimo tinglado de vigilancia para evitar delitos económicos, fraudes fiscales o enriquecimientos indebidos. Sin embargo, tenemos que dejarle claro, desde el principio, que eso no está previsto aún en el sistema; tanto por motivos de presupuesto como de recursos técnicos. Creo que es lógico lo que le digo y esperamos que así lo vea usted también.

Aún así, después de más de tres años de un ingente trabajo cualificado, científico y hasta jurídico, aquí todos esperamos que la delincuencia descienda, que sirva para combatir algún tipo de mal social o que, por lo menos, disuada a los más peligrosos infractores de acercarse por nuestro casco histórico. Por eso, estamos convencidos de que, gracias a las cámaras, y a la comprensión de personas como usted, los paseos por el centro serán mucho más asequibles, agradables, atractivos. Si no, vea; tiempo al tiempo.

Por cierto, nos resulta importante que sepa usted la suerte que ha tenido, pues, por ser el primero en pasar por aquí, le estoy contando todo esto en persona, cara a cara. A los siguientes, les dejaremos un cartelito en la esquina, con menos palabras y más dibujitos, para que se comprenda rápido y fácilmente. Tampoco podemos estar aquí, día y noche, dándole la charla a todo el que se acerque con su vehículo.

Tenga un buen día, gracias. Puede pasar.