Con la venia

Fernando / Santiago

La mangoleta

EL futuro ya no es lo que era, frase de Julio María Sanguinetti que Felipe González llevó a un libro. Habrá un día en que todos al levantar la vista veremos una tierra que ponga libertad. Más temprano que tarde se abrirán las alamedas por donde pasará el hombre libre. Arriba parias de la tierra en pie famélica legión. Etcétera, etcétera, etcétera. Era como veíamos la revolución hace 30 años (casi como el Selu). Pensábamos que la sociedad iba a ser más justa e igualitaria, no iba a haber ricos y pobres, los desheredados iban a gobernar la tierra para así lograr un mundo mejor. Para eso luchamos años y años. Algunos dieron con sus huesos en la cárcel y otros murieron por este ideal. Pasado el tiempo la gente lo que quiere es el digital plus para ver el Barca–Madrid , un crucerito en verano, su salida con la familia los domingos , los niños en colegios de curas , un coche de última moda en la puerta, la termomix, la pantalla de plasma, el ordenador para bajarse cine y música por la cara, ropa de marca y todo lo demás. Se nos ha echado encima la crisis pero nuestro horizonte sigue siendo el mismo. Somos aquellos que exigimos solidaridad con nuestros problemas pero al vecino que le den. Paramos el tráfico en la avenida, en el puente o donde haga falta para que nos hagan caso. Pero si a los de la empresa de al lado les va mal, que se busquen la vida. Convocamos una huelga general para nosotros pero a los demás que les zurzan. Así somos. A vivir que son dos días. Si queremos algo pensamos que nos lo deben y  lo exigimos o lo tomamos sin más. Al final sabemos que si damos una bronca muy gorda el Gobierno cederá. Nos encerramos en los sindicatos pero cuando llega el fin de semana , un puente o una Semana Santa nos vamos a casa. Como esos romeros que hacen el camino en coche con las paradas para el cachondeo, nosotros hacemos huelgas, paros y reivindicaciones en horario de mañana, de 10 a 2 , que luego nos espera en casa la comida, el siestón y a ver la tele. Es a lo que nos ha acostumbrado esta sociedad. Se nos llena la boca a la hora de exigirlo todo, lo que nos pertenece, lo que el Gobierno tiene que darnos, pero si podemos engañamos en el impuesto de la renta, en el IVA y en lo que haga falta. Luego pedimos que la Junta o el Ayuntamiento se estire, pero nosotros si podemos no pagamos impuestos. Ahora sí, a la hora de pedir somos los primeros. Que emprendan otros , que arriesguen los demás, que paguen los tontos. Todos prejubilados o con un curro en la administración . Cada dos por tres a darnos de baja y a engañar a la empresa o al Estado. Cada vez que podemos nos llevamos por la cara un cartel, una camiseta, un llavero o nos colamos en una fiesta sin pagar. Gañote vil.  Dirán que es la picaresca gaditana, el “ trabaja porque no es de Cádiz”, que a mí me pertenecen todo tipo de ayudas y subsidios, que el PSOE y el PP me tienen que buscar un trabajo o una paguita. Eso sí, si es por menos de 1.500 que trabaje otro. No hay nada más que ver a los ex eventuales de una conocida empresa que cerró hace dos años: un curro de 800 euros por el que suspira media humanidad no les sirve . Dichosa la rama que al tronco sale.

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