SI no teníamos bastante con una Junta de Andalucía que unificaba Cultura, Deporte y Educación, el Ayuntamiento de mi ciudad me sorprende con un concejal que por igual se deberá de preocupar de libros y pelotas. Más madera. Si ya cuesta llevar adelante un área cuyas actividades son equiparadas a productos de lujo, a simple ocio, a circo y más circo (que va faltando el pan), ahora nos toca aguantar, por ejemplo, el choteo de un político con el cine español y sus disculpas de cartón piedra. Más madera. Si comienzo a preocuparme porque el "puedo prometer y prometo" ya no me suena tan populista, en comparación con la oratoria de la actual clase política. Más madera. Si florecen los políticos con ningún perfil político. Más madera. Los gestores que no tienen qué gestionar. Más madera. Más madera, que no arranca. Y el ciudadano, venga a tragar. Como en otro surrealista gag de los Marx. Y dos huevos duros.