La llegada de Carlos Díaz

Carlos Díaz ha reconocido que la política es el arte de lo posible. No necesita más para decirlo todo

Son historias que vuelven, y que recordamos cada cinco años, cuando se redondea la efeméride. El 3 de abril de 1979 se celebraron las primeras elecciones municipales en España. En Cádiz, el último alcalde predemocrático (en la Transición les decían así) fue Emilio Beltrami, que estuvo desde 1976 a 1979, por lo que ocupaba el cargo en las primeras elecciones generales democráticas de 1977, e incluso en el periodo de la reforma constitucional. Como se ha explicado tropecientas mil veces, en 1979 fue elegido alcalde el socialista Carlos Díaz, a pesar de que el partido más votado fue UCD. Los centristas obtuvieron 12 concejales, pero se impuso el pacto de izquierda, con los 9 ediles del PSOE, 4 del PSA y 2 del PCE. Formaron un gobierno tripartito, que duró cuatro años.

Es sabido que Carlos Díaz llegó a la Alcaldía por casualidad. En el PSOE había dos tendencias (¡siempre las hubo!), y optaron por una tercera vía, que fue la de Carlos Díaz, cuya misión inicial era la concejalía de Parques y Jardines. Entonces le decían el sevillano Carlos Díaz, igual que ahora dicen el sevillano Manuel Vizcaíno. Aquí se ha considerado ser sevillano como algo peyorativo, pero no es racismo ni xenofobia. Al ex alcalde ya no le dicen el sevillano Carlos Díaz, porque ha seguido viviendo en Cádiz. Puede que ya sea tan gaditano como tú.

Se ha especulado con lo que hubiera ocurrido si dejan gobernar a la lista más votada, la de UCD, que encabezó Pedro Valdecantos. No se sabe, porque no sucedió. El jefe de la oposición municipal no fue Valdecantos, sino José Ramón Pérez Díaz-Alersi, el padre de Juanma (actual edil no adscrito y antes portavoz de Ciudadanos), que venía del grupo democristiano de Ruiz Giménez y siguió en UCD. Por el contrario, Valdecantos salió del Ayuntamiento pronto, fue preconsejero de la Junta, y se pasó al PSOE, que lo nombró gobernador civil y lo placeó. Tiene gracia que Ábalos y otros socialistas se quejen por el transfuguismo de Soraya Rodríguez a Ciudadanos, cuando ellos lo han practicado toda la vida con militantes de UCD, del PA y del PCE, a los que dieron cargos y buenos sueldos.

Carlos Díaz ha reconocido que la política es el arte de lo posible. No necesita más para decirlo todo. Estuvo en la Alcaldía hasta 1995. Por las calles del barrio de Santa María le gritaban "guapo", cuando salía en la procesión del Nazareno. Hizo obras en Cádiz que todavía duran, y otras no las pudo hacer. En su partido le hicieron la vida imposible. Después se arrepintieron. Era demasiado tarde, y ya había llegado Teófila.

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