LA realidad es tozuda como ella sola. En esto de la política, bendita política, desde que existe la bendita democracia al final todo se resume en un enfrentamiento entre dos bandos. Y desde siempre, para sintetizar, se les nombra como derechas e izquierdas. Y poco más hay. Bueno, sí, desde siempre existen los partidos que tienen miedo a parecer muy de derechas o muy de izquierdas, o a que según qué votantes le consideren de un ala o de otra. Y encuentran de la manera más convencional la virtud en denominarse de centro. La realidad, digámoslo también, admite muchos grises, muchos colores pero existen pocas gafas para apreciarlos. Por contra, la gente en su mayoría tiende a mantenerse en el centro porque la sociedad acumula más miedos de los que realmente están justificados. Y esta delgada y compleja línea oscilante marca el futuro cercano de un país. Sí, lo sé, es un lío.