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La esquina

josé / aguilar

Ni lincharla ni decir amén

EL fiscal general del Estado ha pedido a los políticos en general la "máxima moderación" en sus críticas a los jueces y respeto para sus autos y decisiones. ¿Quiénes deben darse por aludidos? Pues los líderes del PSOE lanzados en tromba contra la juez Ayala (caso ERE) y los líderes del PP desatados en tropel contra el juez Ruz (caso Bárcenas).

El vicesecretario general del PSOE andaluz, Mario Jiménez, resumió la acusación socialista a Mercedes Alaya, la instructora que acaba de imputar a veinte altos cargos o ex altos cargos de la Junta en el fraude de los expedientes de regulación de empleo: su investigación es una especie de causa general contra el PSOE. Es exactamente la misma acusación que el inefable vicesecretario del PP, Carlos Floriano, formuló al magistrado de la Audiencia Nacional que indaga las andanzas del ex tesorero popular.

Con este concepto de "causa general" se pretende atribuir a los dos jueces una conducta inquisitorial y prejuiciosa, como si ambos investigaran las causas movidos únicamente por el afán ilegítimo de hacer daño a todo lo que huela a socialista o a popular, respectivamente. Esto es grave: se sugiere que están prevaricando (dictando resoluciones injustas a sabiendas).

Si están convencidos de ello lo que tendrían que hacer es denunciarlos ante el Poder Judicial o ante los tribunales superiores, porque una acusación de prevaricación no merece ser despachada con unas declaraciones a la prensa. No serían los primeros jueces condenados por prevaricar.

Otro mecanismo a su alcance son los recursos contra los autos de estos magistrados que tanto les molestan. De hecho, a la juez Alaya ya le han echado para atrás varias de las medidas que ha adoptado contra los imputados en los ERE. Y varios de los empurados de esta semana han anunciado que recurrirán su imputación basándose, entre otras cosas, en que el auto de la hierática instructora no concreta los delitos de los que les hace responsables.

En cambio, ante el hecho de que esta juez hace estallar sus "bombas" en coyunturas políticas protagonizadas por el PSOE de Andalucía o que está haciendo lo posible y lo imposible por no perder el control de esta causa imputando a algún aforado, poco margen de maniobra hay, más allá de aguantarse y quejarse de que le haya tocado a ella instruir el escándalo mayor de la autonomía andaluza.

Critiquen PP y PSOE a los jueces que incordian, pero sin montarles una causa general.

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