Me incluyo entre las miles de mujeres a las que Jo March convirtió al feminismo. Jo, por si alguien no lo sabe, es el alter ego de Louisa May Alcott en Mujercitas. Era la hermana que quería ir a la guerra, patinar, viajar, escribir, la que no tenía modales, la que le da calabazas a Laurie, su fiel compañero de armas. Esto último, especialmente, es algo que una niña de diez años es incapaz de entender. Lo entiendes cuando creces. Mujercitas es uno de esos libros que se escribieron a dentelladas entre autora y editor (es). Su resultado fue mucho más dócil y rosa de lo que a Alcott le hubiera gustado pero, a cambio, se tradujo en una caja extraordinaria. La presión de los lectores hizo que Alcott terminara casando a su personaje pero, afortunadamente, eso no dañó el mensaje. No sólo puedes ser lo que quieras, no sé, escribir cuentos gore , si gustas -a Alcott le encantaba, en efecto-. No sólo puedes ser lo que quieras: puedes ser libre.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios