Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Como leches se llame eso

El exceso de testosterona del tertuliano va parejo con los fracasos como aspirante a profesor de la Complutense

La increíble capacidad que tiene la izquierda para dividirse es digna de estudio en una universidad, no en ese mamarracho llamada "Uni" como dice Podemos con la cursilería habitual . Pablo Iglesias se cargó a Errejón, Bescansa, Espinar, Alegre, Bustunduy, Pascual y ahora enfila los disparos a Yolanda Díaz, que él encumbró pero que empezó a tomar decisiones por sí misma, insensata. El macho ("señoro" dice las ultras de Podemos cuando hablan de otros) del heteropatriarcado, Pablo Iglesias, no resiste la tentación de marcar el rumbo a los suyos y disparar contra los que no actúan según sus dictados. Ahora el fuego amigo se dirige a Yolanda Díaz, y al artefacto político que construye, desde la SER, el podcast que le paga generosamente Jaume Roures (este, por lo que se ve, no debe formar parte de las cloacas) y aquellos lugares donde tiene ocasión de marcar el camino a su pareja, a Belarra o a Lillith, en plan paternal. El exceso de testosterona del tertuliano va parejo con los fracasos como aspirante a profesor de la Universidad Complutense, a ver si Mediapro crea una y le colocan de profesor. Este ambiente tóxico creado por la testosterona de Iglesias ha creado confusión entre los votantes de izquierdas en un momento en el que los gravísimos errores de Pedro Sánchez con la anunciada supresión del delito de sedición le han dado alas a los partidos de derechas. Se ve que Iglesias no resiste ser el muerto en el entierro, la novia en la boda y el niño en el bautizo, o quizás es que vive de los clicks que generan sus intervenciones, que tiene familia que mantener e hipoteca que pagar. Esta tempestad lleva tiempo instalada en Andalucía: que le digan a Teresa Rodríguez lo que vale la palabra de Pablo Iglesias, con quien apareció públicamente para una separación amistosa terminada con su envío al GULAG parlamentario con la complicidad del resto de los grupos de la cámara andaluza. Se cargaron a la niña de Willy Meyer y al secretario general del PCE, ahora no se hablan dentro de su propio grupo parlamentario llamado Por Andalucía pero, según se ve, es por el dinero, como es costumbre, que hay muchas bocas que mantener. El disparate se traslada de manera capilar pueblo a pueblo donde los de Podemos, los de IU y los de Adelante Andalucía andan a la greña, es posible que con la excepción de la ciudad de Cádiz donde el poder servirá de Loctite para sumar(con perdón) una alianza de intereses de cara a las municipales, sin la participación de Kichi, como se anunciará a finales de mes. Los partidos de derechas observan con regocijo cómo se pelea la izquierda : ¿son galgos o podencos?, ya lo cantaron Los Cubatas hace 36 años "no se aclara el repartido comunista".

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