Las empinadas cuestas

amparo / rubiales

La investidura

HE asistido a todos los debates de investidura que se han producido en estos 31 años de autonomía, muy importantes, por una u otra razón, aunque recuerdo especialmente el de Rafael Escuredo, el primero después de las elecciones de junio del 82. Yo era una de las sólo seis mujeres que formamos parte de aquel primer Parlamento.

Mañana se inicia un nuevo debate, esta vez con diferencias sustanciales. La candidata es mujer y esto, por más que quieran obviarlo, es muy relevante. Es tan evidente que no basta con ser mujer que no necesita mayor comentario, pero es justo y necesario que la sociedad sea codirigida conjuntamente por hombres y mujeres, porque somos la mitad de la humanidad y hemos estado excluidas del poder durante siglos, de ahí que todavía cuando una mujer ocupa un puesto de especial relevancia sea más noticia. En esta investidura la candidata es de nuevo socialista, pero va a ser, si el Parlamento le otorga su confianza, la primera mujer presidenta de la Junta.

Susana Díaz representa un cambio generacional y de género, necesario, aunque no suficiente, pero muchas cosas van ser, sin duda, diferentes. Un cambio que generará un nuevo impulso, pues, como dice el presidente Griñán, "las generaciones hegemónicas en la sociedad deben ser también las mayoritarias en el gobierno de las instituciones políticas". La generación de Susana es la generación del cambio del siglo XXI, como la mía lo fue en la transición; empezamos muy jóvenes y hemos durado mucho políticamente. Ha llegado un nuevo tiempo, que no significa prescindir de nadie, al revés, la experiencia es necesaria, pero dando entrada a generaciones más jóvenes.

La sociedad es intergeneracional y paritaria y la política debe ser su reflejo para recuperar el prestigio perdido. La política tiene que cambiar porque si no lo hace pondríamos en riesgo la democracia, pero tiene que estar acompañada por más cambios sociales, por ejemplo, en los medios de comunicación, para que no pase, según Vicent, lo de "políticos, periodistas y el carro de la basura".

En una situación de crisis económica, política e institucional sin precedentes, hay que adoptar decisiones valientes, por mucho que nos sorprendan. Susana Díaz lo hará, porque sólo tiene un objetivo: resolver los problemas del pueblo andaluz. No estaría mal que en los comienzos de esta ilusionante andadura tod@s, sin exclusiones, le diéramos una oportunidad. El bienestar de Andalucía lo merece.

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