Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Yo hice la mili

Hasta los que más se quejaban en su momento, ahora recuerdan su servicio militar con nostalgia

San Fernando presentará en Fitur un proyecto turístico destinado a los antiguos reclutas que prestaron el servicio militar en la ciudad. «Yo hice la mili en San Fernando» se llama y, como yo hice la mili en San Fernando, me siento literalmente aludido. Soy el target de esta campaña.

No hay que ver fantasmas del futuro en la iniciativa. Verdad que en países europeos como en Francia o en Suecia se están planteando la vuelta del servicio militar. No tanto por lo militar como por el servicio, y no por el que prestan los jóvenes, sino por el que se les presta. Hay dos ventajas: un trato con la autoridad, que para muchos será inédito si no la han visto ni en su familia ni en la escuela; y una especie de erasmus nacional, que permita conocer gentes de otras regiones. Pero no se ve el nervio político en nadie en España para imponer una medida así de contundente y con tantos afectados.

Lo que nos queda es la pura nostalgia: los fantasmas del pasado. No sé si será un éxito o no la iniciativa turística, pero esa nostalgia existe. Para comprobarlo basta observar la querencia a contar historias de la propia mili. Parecería extraña esa nostalgia, capaz de convertirse hasta en un motor turístico, teniendo en cuenta lo obligados que fuimos y cuánto protestamos. Es como montar en el Paraíso un paquete turístico al Purgatorio.

Podría explicarse con la idea de san Agustín: «No es bueno sufrir, pero es bueno haber sufrido», aunque casi todos reconocemos que, en realidad, no fue para tanto. Al final, las maniobras, los uniformes, nuestra juventud, la camaradería terminaban siendo como un juego de rol, con un indudable encanto ya entonces retro.

Yo no aprendí a desfilar, a pesar de los esfuerzos y los gritos de mis sargentos y cabos. En cambio, me hice a los madrugones y a llevar siempre un libro en el bolsillo para resucitar por arte de magia los tiempos muertos. Recibí uno de los regalos más emocionantes de mi vida. Un compañero descubrió que para mí perderme media mañana para leer era un placer y a él le desesperaban tantos tiempos inútiles. Me propuso cumplir también mis encargos, además de los suyos, y que yo me esfumase con total parsimonia. Estuvo meses haciéndolo. Entonces leí por vez primera la Divina Comedia y releí el Quijote. Vivo muy cerca de San Fernando como para apuntarme al tour, pero si viniese aquel muchacho, lo haría. A veces pienso que no se lo agradecí bastante.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios