Urgente Afligidos suspende su salida este Jueves Santo en Cádiz

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Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

No eran gratis

Enseguida se ha podido comprobar que los nacionalistas no le daban el voto a Sánchez por su cara bonita

La versión, convertida en consigna por los comentaristas de izquierdas, era que los apoyos conseguidos por Pedro Sánchez para que prosperara su moción de censura al Gobierno del PP lo fueron a cambio de nada. Que si la votaban a favor era exclusivamente por higiene democrática, para desalojar del Gobierno a un partido corrupto, como había sentenciado en primera instancia la Justicia en el caso Gürtel. Nadie se acordó de que en la España democrática todos los partidos que gobernaron fueron sentenciados y de que alguno de sus dirigentes tuvieron idéntica condena.

Enseguida se ha podido comprobar que los diputados de la izquierda radical y nacionalistas no le daban sus votos al líder del PSOE por su cara bonita, sino en virtud de un precio que no se conoce con exactitud, pero que tengo por elevado, porque puede implicar la vulneración de la Constitución y romper con el principio de igualdad de todos los españoles.

Vean ustedes lo que se conoce de momento: en el País Vasco, cuando -como recuerda el presidente de Dignidad y Justicia- hay más de 300 asesinatos sin resolver, se anuncian las transferencias de más competencias, bajo el eufemismo de la revisión del modelo territorial y el habitual acercamiento de los presos de ETA. Y cuando en el País Vasco las pensiones son mejores que en el resto de España, además se anuncia que ellos podían ocuparse de la gestión de la Seguridad Social, olvidando que fue declarada anticonstitucional en su día. Es cierto que Rajoy creyó contar con el voto del PNV a cambio de una importante mejora de la financiación, pero el precio era conocido, además de ser muy inferior al que ahora le piden los vascos a Sánchez y que éste parece dispuesto a pagar. En cuanto a Cataluña, todo recuerda a los tiempos de Zapatero y se promete la retirada de recursos ante el TC, el acercamiento de los políticos presos, se cuestiona la Constitución y se hace apología del Estatuto de 2006. Aunque supongo consciente al señor Sánchez de que sólo la proclamación de la independencia de Cataluña, en forma de república, contentará a estos separatistas, porque cada día son más claros en sus pretensiones, mientras el Estado se debilita. Dirán que esto son exageraciones, porque el programa de Gobierno de Sánchez se limita, según se anuncia y publica, a reforzar la memoria histórica, la eutanasia y el urgente traslado de los restos de Franco.

Sólo un soplo de aire fresco, que proviene de la conferencia de Javier Fernández, presidente del PSOE en Asturias, que se lamenta, con amargura, de la pasividad del señor Sánchez ante el nacionalismo.

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