El Puerto Accidente de tráfico: vuelca un camión que transportaba placas solares

Nunca se ha preocupado de ese misterio el programa Cuarto Milenio. Ya va siendo hora, Iker Jiménez, de meterle mano. ¿Qué hace que una afición vuelva año tras año a seguir a un equipo que apenas le da contadas alegrías en años muy espaciados? El sábado se me caía el alma a los pies contemplando a la marea amarilla en Granada. Cientos de kilómetros para volver con la cara partida después de presenciar semejante bodrio en el que los jugadores no estuvieron a la altura de las circunstancias. Y la mayoría de los aficionados despidieron a los jugadores con cánticos de ánimo que... ¿merecían? Lo que no se merecían los cadistas que viajaron a Granada, donde hemos comprobado que no todo es posible, fue el palo que se llevaron. Iker, ahí tienes el misterio: un masoquismo del que no se sale o no se quiere salir. Yo tengo clara una cosa: ningún equipo merece a su afición.

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