Un gaditano de Jerez o al revés

Luis Gonzalo se dedicó a investigar, a buscar su estilo, que es lo que diferencia a los artistas de los imitadores

HA fallecido Luis Gonzalo González, que fue un gran artista, además de profesor y académico. Fue también un personaje peculiar, que se podría definir como un gaditano que nació en Jerez, o como un jerezano que vivía en Cádiz. Con Luis Gonzalo, como con Pilar Paz Pasamar, se podía ver que el mundo de la provincia se divide en dos mitades: Cádiz y Jerez. Son complementarias, por el contraste, como Sevilla y Cádiz, según lo definió Fernando Villalón y lo redefinió Antonio Burgos. Luis Gonzalo era muy jerezano en Jerez y muy gaditano en Cádiz. En ambas ciudades tienen mucho que agradecerle. Me parece que su obra es más reconocida y agradecida en Jerez, a pesar de que él eligió Cádiz para vivir su etapa de madurez creadora y su jubilación activa.

A Luis Gonzalo se le conoció mucho por su labor en la Escuela de Arte de Cádiz, que dirigió desde 2003 a 2012, cuando se trasladó la sede a los terrenos de Astilleros. A una zona con poco arte, dicho sea de paso, aunque con mejores instalaciones. El recordado Emilio López, le solía llamar, en broma, Luis Gonzalo González González de la Gonzalera. Apreciamos su carácter amable y su bonhomía, virtudes que a veces en Cádiz se confunden con defectos, porque parece que interesa más la mala leche y lo desabrido, la siesez en definitiva. Luis Gonzalo era un señor, lo que sin duda le perjudicó para comercializar el arte.

Porque Luis era un artista innovador, que inventó un estilo propio, reconocible, de tonos vivos y detalles insólitos, como la integración de tejidos y pigmentos. Se preocupó por las patentes y por fórmulas difíciles de imaginar, como la aplicación del vino de Jerez a la piedra para aportar tonalidades. Su obra religiosa para la Candelaria jerezana y otros templos, así como su variada obra laica, son ejemplos de modernidad e inventiva. Era un auténtico creador e innovador, aunque no se le consideraba progresista, porque no era un activista de izquierda, y para colmo ya digo que era educado, académico y con ideas propias. Si hubiera sido un cultureta desharrapado, hoy estaría reconocidísimo.

El tiempo pone a todos en su sitio. Por más que los clanes tiendan a premiar a sus amigos y a silenciar o marginar a los demás. A Luis Gonzalo González se le debe recordar como un artista de la gonzalidad, que enseñó a dibujar a varias generaciones de gaditanos (a los que pasaron por la Escuela de Arte) y que se dedicó a investigar, a buscar su estilo, que es lo que diferencia a los artistas de los imitadores. Por si fuera poco, unió en sus amores a Cádiz y Jerez. Remó contra la corriente y contra lo corriente.

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