El Palillero

José Joaquín / león

Una fumata blanca... y verde

TANTA expectación para un Gobierno no se recordaba en los tiempos de la vieja política. En la tarde de ayer se filtraban los primeros resultados de las qjuinielas, como si fueran el Betis, el Málaga y otros partidos de los viernes: García Margallo y Fernández Díaz han perdido, como se intuía en las casas de apuestas de Gibraltar, y como se había escuchado en los micrófonos ocultos. El cambio llega al Exterior y al Interior. Por el contrario, esos economistas que le han dado pares y nones a Bruselas, van a seguir: Luis de Guindos ha ganado por la mínima y sigue en Economía; y Cristóbal Montoro ha empatado, es una equis, le dejan Hacienda y le quitan las Administraciones para no dar por saco a las comunidades autónomas.

Pero, después de las filtraciones, cuando llegó la fumata de Mariano Rajoy, se vio que era una fumata blanca… y verde. Hay cuatro ministros andaluces en el nuevo Gobierno. Aparte de Montoro, que es jiennense, es destacable la continuidad de la onubense Fátima Báñez como responsable del Empleo y la Seguridad Social (asuntos esenciales para la negociación en la nueva etapa). Ha sorprendido el nombramiento de Alfonso María Dastis, nacido en Jerez, como titular de Exteriores. Es un diplomático discreto y curtido en Europa. Y también es llamativo el nombramiento como ministro de Interior de Juan Ignacio Zoido, que fue alcalde de Sevilla hasta las elecciones de 2015, y que había sonado para Justicia. Zoido estaba considerado como una persona de confianza de María Dolores de Cospedal, que ha entrado como ministra de Defensa. Por lo demás, Zoido había tenido algunas discrepancias fraternales con algún sector cualificado del PP andaluz, por lo que su nombramiento tiene hondo calado.

Se han mantenido ministros de buen rollito, como Rafael Catalá en Justicia e Isabel García Tejerina en Agricultura y Medio Ambiente. Ministros que no sean liosos y no vayan de ocurrentes. Ese es el mensaje. Entra una catalana, Dolors Montserrat i Montserrat en Sanidad e Igualdad. Y las Administraciones Territoriales le han tocado a Soraya. Cataluña está en la agenda y se nota.

Se puede decir que es un Gobierno continuista, aunque sólo en parte. No han entrado ni los Maíllos, ni las Levys, como dicen algunos. El Maíllo se quedará para el régimen interno del PP, y la Levy aún debe madurar, pues no basta con tener algún parecido con Inés Arrimadas. No hay ministros de Ciudadanos, como parecía conveniente. La principal duda es si este será un Gobierno que durará más de dos años. Difícil lo tienen.

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