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El fulgor de Arrimadas

Para ser un buen político se necesita capacidad de persuasión. Es lo que ella aporta en grandes dosis

Inés Arrimadas triunfó en la entrega del II Premio Federico Joly. En el gaditano Hotel Atlántico demostró los méritos que la han llevado a convertirse en una política de nivel nacional en pocos años. No es sólo una chica mona, como creen algunos y algunas. Tras la defenestración de Rajoy, los líderes son Pedro Sánchez, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Pablo Casado. Es decir, señores que aparte de sus másteres y tesis, también servirían de modelos para promocionar los trajes de Emidio Tucci en los 8 Días de Oro. Sin embargo, para ser un buen político, se necesita capacidad de persuasión. Es lo que aporta, en grande dosis, Inés Arrimadas.

El político y la política tienen que vender un crecepelos y para eso necesitan convencerte. Triunfa el que más crecepelos vende, el que más beneficio le saca a su producto. En el caso de Arrimadas su capacidad de inteligencia y persuasión es lo que predomina. No es una muchacha que se ha dedicado a la política, en vez de ser influencer. Es la mujer a la que siempre elegiría Recursos Humanos en un proceso de selección. Porque está convencida y es convincente. En su intervención, dijo varias veces que debemos elegir el camino correcto, aunque sea el más difícil. Y así está recordando que su vida ha sido un ejemplo de superación, de no conformarse con lo conseguido.

Inés está ahora en su momento de fulgor, pero también en una encrucijada difícil. Se afincó en Cataluña en 2008, y nueve años después fue la candidata más votada en las elecciones catalanas. Sin embargo, sólo fue un triunfo moral, frente al contubernio de Puigdemont y Junqueras. Si el diablo se viste de Prada, ahí los malos y los feos se vistieron de independentistas frente a las fuerzas del Bien, a las que faltaron pocos votos. Los suficientes para chupar banquillo en el Parlament y que pase lo que está pasando.

Puede que la llegada de Manuel Valls (que viene rebotado de Francia, tras dejar al PSF al borde del réquiem) abra una nueva etapa en Cataluña, si no es un bluf. Algunos piensan que Inés Arrimadas, el 2 de diciembre, podría acabar con 40 años de socialismo en Andalucía, si la hubieran presentado en vez de Juan Marín. Algunos piensan que en Ciudadanos casi todos están en el sitio equivocado, como cromos mal colocados, y que por eso no han gobernado todavía. Pero se verá con el tiempo.

Porque también demostró Arrimadas que ella no es sólo jerezana, andaluza, catalana, española, o europea. Es todo eso, y más, porque es ciudadana de un mundo donde la libertad aspira a ser la última patria.

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