Dos frentes

La España que viene va a ser un país empobrecido, con los mismos problemas con los que llegamos al primer caso

Aunque parezca que toda la "guerra" viene por el virus, hay un segundo frente, extremadamente peligroso, fatal. Hablo del día después. La desolación de un duelo que no hemos podido realizar, los abrazos que no hemos podido dar a los familiares y amigos a los que el virus dejó huérfanos o les arrebató a un ser querido. Y los daños colaterales, hablando en términos militares. Lo que podríamos llamar sin mucha imprecisión "la economía". Todo esto representa una crisis profunda en el mundo del trabajo, los negocios, las empresas, la vida de los supervivientes. Entonces puedo comprender que ahora mismo los esfuerzos estén dirigidos a lo urgente, que es lo que está en todas las televisiones, en este Diario, en todos los medios de comunicación, e internet; esta lucha a vida o muerte por lograr la vacuna, el fármaco adecuado, los respiradores, mascarillas, material de protección de los sanitarios. Pero paralelamente sería de agradecer que -si ello no ocurre- hubiera gente, gente con cabeza, trabajando en el paisaje después de la batalla. O sea, los autónomos y las empresas medias y grandes, la descapitalización, el desempleo que crecerá exponencialmente salvo que políticas concretas lo palien. El segundo frente, así lo veo. La España que viene va a ser una España enlutada y empobrecida, con los mismos problemas con los que llegamos al primer caso de infección por Coronavirus. Digo Torra, ese incalificable personaje, y el separatismo, mal nuestro de cada día; digo todo lo que nos enfrenta y nos crispa y nos impide crecer en libertad, igualdad y fraternidad. Sí, los ideales de la República francesa. Por eso, insisto, ¿hay gente trabajando en el futuro inmediato, preparando las soluciones a los problemas que han de venir, que ya están ahí? Si la vida sigue, que la vida sigue, hay gente que debe tapar las vías de agua, que serán muchas, para que el barco no se hunda. Con nosotros dentro. Somos un gran país, formamos parte de la más acabada civilización, hemos contribuido a la construcción de una Europa como espacio compartido de progreso y libertad, estamos obligados a no retroceder, a no mirar con añoranza lo peor de nuestro pasado sino lo mejor que debe llegar. Si puedes, lleva estas palabras a donde creas que mejor serán oídas y entendidas, hazlo, haz el favor. Cualquier cosa menos cruzarnos de brazos y pensar en el castigo de lo inevitable y fatal. Nunca. Porque los parados, empobrecidos y desprotegidos será nuestra gente, los españoles. Y comprendo que podamos no ver este horizonte entre el ruido de las sirenas de los ambulancias y el grito ahogado de los enfermos, pero está ahí.

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