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Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

El fiordo ecológico

España es un país de hormigón, donde se hacen aeropuertos sin aviones y puente innecesarios

Ahora que se va a recordar , merecidamente, a José Pedro Pérez Llorca, tristemente fallecido el pasado 6 de marzo, con motivo de las exposición del aniversario del Museo del Prado que con tanto interés quiso traer a Cádiz el que fuera ministro , padre de la Constitución y presidente del Patronato del museo, conviene también recordar a su hermano Jaime. Fue senador y diputado en el Parlamento de Andalucía, un hombre culto e inteligente, ajeno a las luchas fratricidas de su partido, lo que le granjeó más problemas que si hubiera optado por alguna familia en el seno del PSOE. Desde su casa de la Alameda ilustraba a muchos jóvenes sobre la historia, las fuerzas armadas y la ciudad que le vio nacer. Jaime Pérez Llorca acuñó el término fiordo ecológico para referirse a Doñana. La idea de conectar las provincias de Cádiz y Huelva por una carretera es muy antigua. De vez en cuando algún descerebrado la vuelve a poner sobre la mesa, los últimos algunos miembros del gobierno de Andalucía del PP y de Ciudadanos. Dicen que por 400 millones de euros se haría una autovía que bordearía el parque nacional por el norte, con un paso subterráneo bajo el río Guadalquivir. Permítanme ustedes que lo dude. Con ese dinero no se hace ni el túnel, aparte del tajo que se le pega al Parque.

El caso es que Jaime Pérez Llorca propuso hace 35 años que en lugar de hacer una autovía que uniese Cádiz con Huelva, una línea de ferrys podría transportar vehículos y personas de una provincia a otra , como ocurre en Noruega. En este país la mayoría de los fiordos no tienen puentes ni túneles. Las carreteras terminan en un muelle donde un ferry lleva a la orilla opuesta. La idea, por sencilla y cuidadosa con el medio ambiente, no será tenida en cuenta en un país donde gusta mucho la obra pública aunque no sirva para nada. España es un país de hormigón, donde se hacen aeropuertos sin aviones y puentes innecesarios, el país con más paro pero con mayor número de kilómetro de alta velocidad. Los contrastes originados en una clase política que piensa, como se dice ahora, en las próximas elecciones en lugar de en las próximas generaciones. Encima tenemos en Andalucía un gobierno de derechas apoyado por la ultraderecha que no cree en el cambio climático y desprecia las políticas ambientales. El pobre Jaime se ha ahorrado contemplar el espectáculo, ese estilo prepotente tipo Ana Mestre de "Valcárcel será lo que tenga que ser" que aplicado a Doñana da miedo solo de pensar que el relojero de Sanlúcar pueda decidir su futuro.

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