La hache intercalada

PILAR / PAZ / PASAMAR

fábula navideña

AUNQUE para muchos no signifique lo mismo, lo cierto es que estamos dentro del tiempo litúrgico de adviento. Advienen también los tonos azulados de la cartulina,tachonada de papel de plata y la llegada del trío monárquico sobre los camellos. En estos días algunos se enteran de que hay pobres, sabios o torpes, que, como el de la fábula, van alimentándose de las sobras que otros desechan. Y si quieren comprobarlo póngase tras los cristales que estén frente a los contenedores de turno de los edificios y verán sucesos de este tipo y otros más o menos parecidos al de la fábula que comienza: "Érase un sabio que un día -tan pobre y mísero estaba-que sólo se alimentaba..."

Creo que en estos días se ha creado en despachos gubernamentales una ley navideña para multar a quienes extraen algo de los depósitos de desecho, aunque a mi modo de ver resulte imposible multar a quienes no tienen más que cáscaras para llevarse a la boca. La fiesta de las guirnaldas y las iluminaciones parece que ha convertido una navidad en algo que no concuerda con un protagonista, para muchos divino, pero también muy pobre.

Como contrapartida, por no detenernos en lo negativo, esta navidad ha sido sorprendentemente generosa, hasta el punto de llenar el Banco de Alimentos y han sido muchas las recogidas benéficas. Hay actos casi extremos -si es que la bondad tuviera límites- como el del hombre emigrante en Sevilla que entregó la cartera encontrada en la calle, repleta de lo que él necesitaba, a su dueño. Vaya lo uno por lo otro y sea para todos lo único que no podemos almacenar en una nave sino repartirlo alrededor: un tiempo de paz.

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