La esquina

josé / aguilar

¿Qué será de la estabilidad?

LA encuesta del Grupo Joly, que tiene la doble virtud de la solvencia de sus realizadores y la muestra más amplia de las encargadas por medios de comunicación, nos induce a una gran pregunta: ¿qué será de la estabilidad y la necesidad de un Gobierno andaluz fuerte, los grandes argumentos para la convocatoria anticipada de las elecciones?

Porque la encuesta contiene dos vaticinios por encima de la anécdota y el dato concreto. Uno, que el bipartidismo imperfecto que ha caracterizado el sistema de partidos en Andalucía -bien que con la hegemonía de uno de ellos- habría saltado en pedazos. Se podría hablar perfectamente de tripartidismo, por más que haya diferencias en la dimensión de cada uno de las tres formaciones dominantes, siendo inferior la del grupo neófito (Podemos) a la de los tradicionales (PSOE y PP).

Y dos, que la correlación de fuerzas en el futuro Parlamento para nada autoriza a pensar en un Gobierno andaluz más sólido y respaldado que el anterior de coalición entre PSOE e IU. El partido mayoritario, el socialista, sería menos mayoritario que en la legislatura anterior, y el partido de la oposición, el popular, aún lo sería menos. Las pérdidas del primero oscilarían entre uno y seis escaños; las del segundo, entre los once y los catorce. Nada menos.

Los únicos partidos que podrían cantar victoria, cada uno según su nivel de expectativas, serían precisamente los dos nuevos: Podemos y Ciudadanos. El de Pablo Iglesias (y Teresa Rodríguez) le quitaría muchos votos al PSOE, algunos al PP y directamente la cartera a IU (que pasaría de doce a tres diputados). El de Albert Rivera (y Juan Marín) arrambla con cinco o seis escaños, probablemente a costa del PP.

Volvamos a la estabilidad. O mejor dicho, a la inestabilidad. Si se confirma el 22-M este panorama, no será posible reeditar el Gobierno de coalición PSOE-IU, por insuficiente, ni un novedoso pacto para gobernar entre PSOE y Podemos, por rechazo mutuo, ni alguna combinación a tres bandas, por impensable. No parece haber otra salida que un Gobierno socialista en minoría -partiendo de la elección de Susana Díaz en segunda votación por algunos votos en blanco- que vaya pactando con unos y otros según los temas a la espera de una hipotética gran coalición PSOE-PP en Madrid y en Sevilla.

Meses de inestabilidad, como mínimo. ¿Para eso nos hemos metido en este lío? ¿Sólo para constatar el hundimiento de IU?

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